Decenas de personas expresaron este martes su dolor en la vigilia celebrada en San Antonio en honor a las 53 migrantes muertos, cuyos cuerpos fueron encontrados en un camión abandonado en el estado limítrofe de Texas, EE.UU. En el acto para manifestar su tristeza pero también su indignación por los sucesos acaecidos, participaron fundamentalmente mexicanos residentes en Estados Unidos, muchos de los cuales no presentan documentos legales.
A la ceremonia, que tuvo lugar bajo un cobertizo de un parque, asistió el alcalde de San Antonio, Ron Nirenberg, quien se retiró sin dar declaraciones a la prensa luego de escuchar los reclamos y las oraciones. Por su parte, el joven uruguayo de 23 años de edad, Carlos Eduardo Espina, criticó la política migratoria de EE.UU. mientras señaló que la muerte se ha convertido en la norma migratoria.
En este sentido, el suramericano radicado en Texas desde los cinco años opinó que Washington debe plantear políticas migratorias más humanitarias mediante el aumento del número de visas anuales. Asimismo, la mexicana Guillermina Barrón, quien arribó a territorio estadounidense hace veinte años, señaló a la prensa internacional que se siente identificada con el suceso, entretanto, dijo que “hay que cambiar muchas cosas porque son muchas las vidas que se perdieron".
El año pasado, marcó un récord la cifra de migrantes que murieron en la frontera de México-EE.UU donde según la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza se lamentó la pérdida de 557 vidas.
Telesur