Sobre los afectados que reciben atención, varias fuentes oficiales de los talibanes y hospitalarias han confirmado que al menos 150 personas han resultado heridas.
Entre los fallecidos hay una número elevado de mujeres y niños, según información que trascendió de centros de atención, a la par que se habla de unos 13 militares estadounidenses.
El número de fallecidos tras el atentado podría subir en las próximas horas debido a que solo se han contabilizado los cadáveres llevados a hospitales de la ciudad.
Entre las víctimas de las explosiones se encuentran al menos 13 soldados estadounidenses, lo que sería, la peor pérdida en un solo día para las tropas norteamericanas de ocupación en Afganistán desde el ataque de agosto de 2011 a un helicóptero Chinook que mató a 30 militares.
La primera explosión que se registró fue por un terrorista suicida y la segunda por un coche bomba. Hasta el momento, se han reportado al menos cuatro explosiones en el lugar.
Horas antes, el portavoz del Pentágono, John Kirby, advirtió que las cifras de víctimas podrían cambiar, así como el número de bajas, entre los que se encuentran civiles afganos.
Asimismo, el portavoz de los talibanes, Zabihullah Mujahid, declaró a un medio internacional que emprenderán una investigación sobre lo sucedido, luego de rechazar las explosiones.
En días anteriores, el Gobierno de Estados Unidos (EE.UU.) habría advertido sobre una amenaza que llamó específica y creíble de un afiliado del Daesh contra el aeropuerto de Kabul.
Desde la Embajada de EE.UU. en Afganistán se envió una alerta a sus connacionales para mantenerse alejados del aeropuerto, a la par que se les indicó a las personas fuera del perímetro que evitaran acercarse al lugar, con la misma razón de amenazas de seguridad no identificadas.
Las explosiones se produjeron en medio de los intentos de salida de un aproximado de 1.500 estadounidenses e innumerables extranjeros que aún se encuentran en Afganistán.