Estamos satisfechos con el respaldo que el Senado y la Cámara le dieron a nuestros proyectos, entre ellos, la reglamentación de la cadena perpetua para violadores y asesinos de menores de edad, y la ley de transición energética, iniciativas que ya fueron sancionadas por el Presidente de la República, con las que se empieza a escribir una nueva historia en Colombia.
El periodo constitucional que inicia mañana llega cargado de retos. Sin duda, el nuevo proyecto de ley de reforma tributaria, que será presentado por el Gobierno Nacional, tendrá todas las miradas. No solo por el malestar que causó la anterior iniciativa, que condujo a la protesta social, sino también por la urgente necesidad que existe de aliviar las finanzas públicas, cubrir el déficit fiscal y financiar los altos costos de la pandemia.
Esta nueva propuesta, menos ambiciosa que el anterior pero más aterrizada a la realidad, busca recaudar 15,2 billones de pesos, que según ha informado el Gobierno serán pagados en su mayoría por las empresas. Desde el Congreso estamos atentos a su radicación para iniciar su revisión exhaustiva y posterior debate, que daremos de cara a los ciudadanos, quienes son parte fundamental en esta construcción.
La pérdida del grado de inversión de Colombia, acelerada por el inevitable reversazo de la pasada reforma tributaria y el estallido social, podría producir un largo efecto negativo sobre la inversión y la confianza. Mejorar las perspectivas de nuestra economía y aclarar el panorama del país es determinante para evitar que lleguemos a indeseables ciclos en el desempeño económico.
Continuando la línea que durante años hemos trazado por la defensa de la salud y el medio ambiente, en nuestra agenda legislativa tenemos en trámite proyectos como el de cigarrillos electrónicos, que se encuentra pendiente de discusión en segundo debate Senado; la reducción de emisiones vehiculares contaminantes provenientes de la gasolina; la formulación y ejecución por parte del Gobierno Nacional del Plan Maestro Nacional Para La Gestión Integral de Los Residuos Sólidos; la creación e implementación de la Cátedra de Educación Emocional en los niveles preescolar, básica y media, de todas las instituciones educativas del país, entre otros.
En este último periodo legislativo, el papel del Congreso será determinante para encauzar el destino del país. Como demócrata creyente de que la convivencia pacífica es el único y real camino para la transformación política, el desarrollo económico y la estabilidad social, soy un aliado de la construcción a través de consensos. Por ello, seguiré propiciando distintos espacios para la búsqueda de soluciones a las problemáticas que afectan a los colombianos.
Investidos del espíritu del legislador que a conciencia contribuye al bienestar colectivo, los senadores y representantes tenemos la gran responsabilidad de profundizar, durante este cuarto periodo, el quehacer legislativo y los debates de control político en procura de proteger a los colombianos. Promover el debate participativo, en el que se escuchen a todos los sectores ciudadanos, será determinante para entregarle al país nuevas normas acordes a sus necesidades y realidad.
El desafío que tenemos por delante en este periodo es inmenso, no solo nos encontramos ante un ambiente de gran malestar social, sino que también estamos ante una nueva realidad mundial que nos exige grandes y profundos cambios, a los que tenemos que enfrentarnos impulsando y ejerciendo la participación de todos. En medio de los múltiples conflictos que se viven en nuestro país, debemos tener claro que la única manera de salir adelante es que todos empecemos a jalonar hacia el mismo lado. Necesitamos unirnos para superar la gran crisis social, económica y sanitaria.