La mitad de su vida ha estado al servicio de la red de salud pública del Distrito y ha sido una persona clave para salvar la vida de muchos barranquilleros que han necesitado de la atención en salud de los hospitales públicos en la ciudad.
Esta barranquillera adoptiva ha sido el hombro de apoyo de sus compañeros de labor en momentos duros durante la pandemia de COVID-19. Hace una remembranza de aquellos tiempos duros durante la pandemia: “Vivimos momento muy fuertes, tuve miedo y lloré. Varios compañeros renunciaron, pero yo nunca quise hacerlo. Mi decisión fue seguir adelante, no rendirme, y mi fortaleza siempre ha sido la oración. Del equipo nuestro gracias a Dios no falleció nadie”.
El rol de la desinfección juega un papel vital en el proceso de control para minimizar el virus en las clínicas de la ciudad, y el CAMINO Adelita de Char mostró una gran fortaleza con la líder de su equipo.
“El protocolo es estricto, hacer la desinfección profunda en las áreas específicas. Nosotros usamos todos los elementos de protección personal en todo momento. Si era necesario nos bañábamos acá en el hospital. Al momento de llegar a la casa el protocolo de bioseguridad continuaba. Me daba miedo abrazar a mis hijos. Dejé de visitar a mis papás por un tiempo. Tenía que cuidarlos”, afirma.
Se entristece cuando recuerda algunas vivencias de ataques al talento humano médico y de apoyo. “Yo lo viví en carne propia, cuando nos lanzaron las piedras me tiré al suelo y arropé a la paciente fallecida que estaba al lado, a pesar de las circunstancias no quería que nos lastimaran. Estábamos trabajando. También estábamos sufriendo”.
Agradecimiento y emoción llegan a Liseidis al saber que será la primera persona en recibir la vacuna en Barranquilla. Exclama con lágrimas de alegría: “Siento satisfacción. Agradezco a Dios, a mi familia y a mis compañeros de trabajo por apoyarnos y salir adelante. Hemos luchado mucho. Ya aprendimos a vivir con el virus, vamos a seguir cuidándonos. Ya falta poco”.