Como gran celebración del Mes del Patrimonio, la Alcaldía de Barranquilla, a través de la Secretaría de Cultura, Patrimonio y Turismo, comienza el proceso oficial de declaratoria para el más barranquillero de todos los barrios, que además es el primer Área de Desarrollo Naranja del país y un referente del turismo cultural y patrimonial de la Nación.
“Barrio Abajo resume todo lo que la ciudad tiene para ofrecer. Ahí confluye la historia de Barranquilla y una modernidad que ha sabido compenetrarse con todo ese bagaje histórico. Sus casas, su arquitectura del siglo XX se ha armonizado con nuevos espacios como el Museo del Carnaval o el estadio Édgar Rentería, que ya son íconos de ciudad y que permiten hablar de un espacio que resguarda nuestra memoria pero mira hacia el futuro, hacia la Barranquilla que soñamos”, destacó el alcalde Jaime Pumarejo.
El aval del Consejo Distrital de Patrimonio Cultural para el inicio de la declaratoria de Barrio Abajo como BIC Distrital permitirá que el barrio, con este título, adquiera un régimen especial de protección, para garantizar la conservación y salvaguardia de sus manifestaciones culturales, tanto inmateriales como materiales, como lo han anhelado desde hace mucho tiempo sus habitantes. Y es que la iniciativa de esta declaratoria es liderada por la Corporación para la Conservación del Patrimonio del Barrio Abajo, y cuenta con el apoyo de la Facultad de Arquitectura de la Universidad del Atlántico, quienes desde hace un año trabajan en documentar, defender y proteger los valores estéticos, simbólicos e históricos del barrio.
“Es de gran importancia que sea la misma comunidad quien lidere la declaratoria de este popular barrio, que goza de reconocimiento nacional por su patrimonio cultural material e inmaterial. Esto demuestra la apropiación cultural de las comunidades con respecto a su territorio”, manifestó la secretaria de Cultura, Patrimonio Turismo, María Teresa Fernández.
“Con este nuevo proceso de declaratoria completaríamos dos en este 2020. Ya en junio, en el centenario del nacimiento de Alejandro Obregón, comenzamos el proceso para proteger su obra, y ahora, en el Mes del Patrimonio, lo hacemos con Barrio Abajo. De este modo, damos en este primer año de Administración un gran paso para la meta trazada en el Plan de Desarrollo 2020-2023 de completar dos declaratorias BIC en el cuatrienio”, agregó Fernández.
Con esta declaratoria, Barranquilla pasará a ser la única ciudad en Colombia con tres sectores urbanos declarados Bien de Interés Cultural. El de Barrio Abajo, del ámbito distrital, se suma a los ya existentes del ámbito nacional: Centro Histórico (1999) y el conformado por los barrios El Prado, Bellavista y una parte de Altos del Prado (2005).
Valoración simbólica
Barrio Abajo se identifica por la simpleza y accesibilidad a su gastronomía de variada influenciada, gracias a su ubicación próxima al río Magdalena. Además, vive y vibra tradiciones manifiestas en la música, el baile y el folclor de sus habitantes provenientes de distintos orígenes, que han consolidado el Carnaval de Barranquilla como manifestación rica, diversa y pluriétnica. En Barrio Abajo convergen cumbiambas, danzas y comparsas que lo convierten en un espacio carnavalero por excelencia, en el que además se encuentran la Casa y el Museo del Carnaval. Por vocación, exalta las tradiciones de la principal fiesta de nuestro país, y acuna no solo representaciones dancísticas, sino disfraces, artesanos y demás roles indispensables de la más grande industria creativa de Colombia.
La antigua Intendencia Fluvial -sede de la Secretaría de Cultura, Patrimonio y Turismo-, el Parque Cultural del Caribe y la plaza de la Aduana también se unen al circuito de infraestructura cultural del barrio, que pronto contará también con la Fábrica de Cultura.
Barrio Abajo también alberga en sus calles vestigios de fábricas que representaron el notorio auge industrial y empresarial de la Barranquilla de inicios del Siglo XX, y que gozan de una estética arquitectónica particular con influencia europea. En resumen, Barrio Abajo, representativo de los orígenes de la ciudad, su tradición e identidad, es el barrio barranquillero por excelencia.
Valoración histórica
Barrio Abajo fue unos de los primeros barrios de Barranquilla en delimitarse geográficamente con respecto a otras zonas de la ciudad, a través del Concejo de Barranquilla, en el año de 1857.
Dentro de sus edificaciones se encuentran la estación Montoya y el antiguo edificio de La Aduana, estructuras con un estilo arquitectónico anglosajón, construidas en los años de 1860 y 1921 respectivamente. La primera conectó la línea del Ferrocarril de Bolívar entre Barranquilla y Puerto Colombia. La segunda fue sede de control para el flujo mercantil, ubicando a Barranquilla como un referente nacional en dicha época.
Gracias al establecimiento de familias extranjeras, influyentes en el ámbito social y comercial de la ciudad, como los Steckerl, Lux, Mancini, entre otras, y la llegada de grupos desde la ribera del río Magdalena con el objeto de emplearse en la fábricas en las primeras décadas del siglo XX, Barrio Abajo vivió la influencia de estilos marcados en muebles y costumbres y prácticas cotidianas, reflejados hoy en la identidad que caracteriza al barrio en sus diversas expresiones: musical, artística, gastronómica…
El sector representa una fuente valiosa la riqueza de información de la oralidad, teniendo en cuenta la dinámica de movilidad en relación a la llegada y salida contrastante de grupos humanos dentro del Barrio Abajo desde sus inicios.
Valoración estética
Ubicado al norte del Centro Histórico de Barranquilla, entre las carreras 46 y 54, y entre la vía 40 y la calle 53, sus vías se desarrollan de manera orgánica, y responden a la morfología del terreno. Tiene 82 hectáreas y 79 manzanas. La mayoría de sus casas cuenta con andenes reducidos y con algunos pequeños espacios públicos. Sus amplios lotes cuentan, en su mayoría, con grandes patios posteriores con árboles, permitiendo desarrollar diversas actividades al interior de las viviendas como carpintería, gastronomía, pintura y danza.
Su singular arquitectura contextual no monumental presenta elementos ornamentales propios del neoclásico. La arquitectura doméstica, en la cual se destacan algunos edificios de carácter comercial o industrial, ha mantenido una altura baja entre 1 y 3 pisos, compuesta en su mayoría de un estilo vernáculo adaptado a la región Caribe los techos altos, originalmente de paja, y de tejas de cemento con pendientes pronunciadas para facilitar la evacuación del calor.
Algunas de las edificaciones más antiguas fueron elaboradas en madera, con rejas del mismo material y puertas altas y esbeltas doble hoja, que permiten aprovechar la brisa y evitar el asoleamiento.
Las fachadas del barrio, uno de sus grandes atractivos, presentan variedad de colores, muy vivos, y en algunos casos murales artísticos o alusivos al Carnaval de Barranquilla, generalmente aquellas casas que han sido habitadas por varias generaciones de familias carnavaleras.
En el sector comprendido entre la calle Murillo y la 40 se encuentra una infraestructura que es testigo del primer desarrollo industrial de Barranquilla.