A Silvestre lo dominaba el trago y las mujeres. Pero asegura hizo un pare en el camino y ahora la vida lo premió porque enfocó su pensamiento en Dios, lo fortaleció con más amor a su familia y su carrera artística dio un vuelco total.
“Era el mes de diciembre de 2014, casi no dormía, y de ahí se derivaba todo. El barco de mi vida estaba a la deriva, y llegué a hacer cosas que no eran las mejores. Regañaba hasta mis músicos que son parte vital de mi carrera. En fin, después de leer un libro de Alex Campo que encontré entre tantos regalos que me hacen, comprendí que el llamado de Dios era para mí”.
Su testimonio es elocuente, sincero y sus miles de seguidores notan el cambio, y están de acuerdo con eso. Él mismo lo ratificó con un mensaje en Twitter: “El 2015 ha sido uno de los mejores de mi vida porque conocí la verdad”.
Durante esta entrevista su vista se conectaba con el cielo y comenzó a explicar que ahora su vida tiene un nuevo sentido porque Dios marca la pauta y direcciona sus éxitos que siguen como la luz de la aurora que va en aumento, hasta que el día es perfecto.
“Todo lo que siento es glorioso y sigo metido en mi mundo del vallenato porque desde niño me levanté en ese ambiente y en cada uno de mis conciertos esas canciones estarán presentes”. No había terminado de decir estas palabras, cuando volvió a hablar de su nueva vida.
“Dios me llamó y estoy siguiendo sus pasos. Pienso que el amor es la estructura fundamental para todo cambio. Cuando amas lo que haces, amas a tu familia, y a ti mismo, llegan los cambios y eso pasó conmigo, y en esta nueva vida espiritual, quiero compartir estos instantes que estoy viviendo y sí puedo ser ejemplo, y mi testimonio le sirve a muchos, ahí estaré contando mi vida”.
El artista no se detiene en su disertación porque expresa que lleva una vida en paz con Dios y consigo mismo. Y además, se atrevió a dar el salto de perdonar, algo que antes veía imposible.
“En ese sentido Dios hizo el cambio porque abrí mi corazón de par en par y entré a perdonar. Me arrepentí de todo lo que es malo y la verdad, volví a vivir. Al llegar a ese punto se te abren todas las puertas y cambia el ciclo de todo lo que gira a tu alrededor”.
Las personas que siempre han estado cerca de su vida familiar y artística dan testimonio del cambio. Ahora Silvestre Dangond tiene en su mente un mensaje diferente en el que Dios ocupa el primer lugar y así lo manifiesta en los distintos escenarios que presentan un lleno total.
Los asistentes además de escuchar las canciones que interpreta reciben del artista palabras de reflexión y de invitación a navegar por el rio de la cristiandad plena, por los caminos de la verdad y por las calles del mejor vivir de la mano de Dios.
En este sentido afirma que “En ese momento entrego las palabras que dicta mi corazón y los que me critican o juzgan los encomiendo a Dios, que tiene la formula precisa para bendecirlos”.
Los cantos de ayer…
Entrando en el plano de los cantos que ha grabado en su corta, pero fructífera carrera artística donde las letras hablan de desamores, de amores prohibidos, de un cantinero que sirve buen trago, de culpables, de locuras paranoicas, de tragas locas, de indiferencias interminables, del inolvidable Judas y del hombre que tenía dos amores, entre ellos una gringa, hizo una pequeña parada para sonreír y anotó.
“Ahora antes de cantar hago una explicación y expreso lo que no se puede hacer para llevar una vida mejor. Es un mensaje directo que busca que todos se conecten con el amor, con la paz y con el perdón, especialmente en estos tiempos y claro teniendo a Dios en la mira”.
Silvestre ahora es también un predicador porque aprovecha el don del canto que Dios le otorgó para llevar más almas a su redil. “Estoy contento con todo lo que hago y cada día gracias a Dios veo los frutos”.
Explicó que es respetuoso de lo que piensan los Silvestristas respecto a su decisión de entrar en los caminos del Todopoderoso. “A todos los quiero y les agradezco tenerme en un lugar de honor. Yo me debo a Dios, a mi familia, mis amigos y especialmente a mi seguidores. Siempre los llevo en mis oraciones”.
Pidió permiso para atender una llamada en su celular, de la que solamente se escuchó que al final dijo: “Bueno, bueno, tomaré en cuenta todo”. Al colgar no perdió el hilo de la conversación sino que volvió a referirse a su cambio de vida donde su ayer mundano perdió el año hace rato y ahora es un hombre nuevo.
“Mi testimonio servirá para que más almas lleguen a Dios”. Cerró sus ojos y solamente movía sus labios. Al cabo de un rato regresó a la entrevista y manifestó: “Estaba orando por ti y por todos los que leerán esta crónica que será de gran bendición”.
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