A inicios del mes de abril, la Dirección General Marítima (Dimar), a través de la Capitanía de Puerto de Coveñas y la terminal portuaria Ocensa, se pronunció sobre una nueva emergencia presentada durante el mantenimiento de una monoboya TLU2, que ocasionó el derrame de una sustancia oleosa. De acuerdo a lo información oficial, una vez se conoció el evento, se activó inmediatamente el Plan de Contingencia por parte de la Autoridad Marítima, logrando la recolección de la sustancia vertida.
Una aterradora sorpresa se llevaron los pescadores cuando salieron los días siguientes a sus faenas y en lugar de extraer peces, atraparon restos de crudo que flotaban en el mar cerca de las costas de Berrugas, en San Onofre, y Coveñas. Según la Asociación de Pescadores, estas manchas de petróleo se extienden desde la reserva natural Sanguaré hasta las playas del pueblo, donde se han encontrado grandes cantidades de crudo en forma de bolas de alquitrán.
Aunque la Dimar insiste en que se trató de un vertimiento involuntario de residuos oleosos en el mar y no de petróleo, los pescadores, quienes han sido testigos de los diferentes derrames de crudo en el golfo de Morrosquillo, afirman que sí se trata del hidrocarburo. A ellos se suman, las denuncias de algunos líderes del sector del turismo que también han reportado esta problemática.
Preocupa que la situación que se está registrando en el terminal marítimo de Coveñas termine siendo igual a la que se presenta en la Refinería de Barrancabermeja, donde la Contraloría General de la República evidenció irregularidades, negligencia y una carencia de medidas preventivas efectivas y de aprendizaje sobre las experiencias de los eventos que año tras año ocurren. Lo que ha causado daños ambientales y alteraciones en los ecosistemas.
Los planes de contingencia y la instalación de barreras de contención para atender las emergencias, están resultando insuficientes. Colocarle un freno a la irresponsabilidad ambiental de Ecopetrol con los derrames de crudo y vertimientos de residuos que se están presentando de manera reiterativa en los distintos proyectos de hidrocarburos es una acción que no da espera.
Solicitamos a la Contraloría General de la República investigar si se están presentando malos manejos ambientales en el terminal marítimo de Ecopetrol en Coveñas, así como también, pedimos a la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (ANLA) que ejerza a cabalidad su función como autoridad ambiental para que garantice el cumplimiento de la normativa.
Con los vertimientos de hidrocarburos de los últimos años se ha afectado drásticamente la seguridad alimentaria de la zona, produciendo un fuerte desequilibrio en la economía de los pescadores y lo más grave, un problema de incalculable proporciones para el medio ambiente y la salud de los seres humanos. Urge investigar los derrames de crudo y de residuos oleosos, que se están presentando en las aguas del golfo de Morrosquillo, que de continuar así terminarán con la degradación de nuestra biodiversidad.