Para exigir explicaciones por la negligencia con la que el ICA ha asumido esta problemática y la falta de control fitosanitario que actualmente existe en las importaciones de café verde, realizamos la semana pasada en la Comisión Quinta del Senado, un debate de control político a la directora del ICA, Deyanira Barrero, a quien le solicitamos su renuncia por la inoperancia que ha demostrado en el manejo de la crisis que viven el sector citricultor y cafetero de Colombia.
La poca diligencia que ha demostrado la Señora Barrera con la falta de propuestas, planes o estrategias para la protección de la producción agrícola y el fortalecimiento de la seguridad fitosanitaria en Colombia, sin mencionar los comentarios que ha realizado tras puertas cerradas, donde ha afirmado que considera la citricultura de “esa” región “sin importancia”, “inexistente”, o “cuatro arboles de limón sin interés comercial”, dan cuenta del riesgo, descuido y desinterés en el que se encuentra el sector agropecuario del país.
Esto nos lleva a pensar que la agricultura del país se encuentra en las manos equivocadas, de funcionarios públicos que no hacen ni el mínimo esfuerzo para proteger la caficultura y citricultura de la nación. Mientras el “Dragón amarillo” continúa su acelerada propagación e infecta irreversiblemente nuevas plantaciones, el ICA sigue de brazos cruzados sin hacer nada para contrarrestar esta enfermedad, que de seguir así en poco tiempo estará llegando a los cultivos de los departamentos del interior del país.
Por el lento proceso de atención que ha recibido la HLB por parte del ICA, aún no existe un registro preciso de datos que indiquen la magnitud de la afectación de los cultivos y el tiempo sigue pasando sin que se trabaje en acciones para evitar la propagación de la plaga. Como esta es una enfermedad para la que no existe cura y que ha afectado a varios países de la región, algunos de los cuales han logrado contenerla, lo más lógico hubiera sido atender las indicaciones establecidas por expertos como la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), que propuso a los países de América Latina, entre ellos Colombia, la implementación de una estrategia regional para el manejo de la HLB en la región, con el fin de contribuir a la sostenibilidad de la citricultura.
Sin embargo, poco fue lo que el Gobierno Nacional implementó de dicha estrategia, un grave error que hoy nos está pasando altos costos. Caso distinto al de México, que ha invertido en la lucha y detección oportuna de esta enfermedad, con resultados exitosos. La Contraloría General de la República en su informe de auditoría financiera al ICA para la vigencia 2018, evidenció que el ICA no tuvo en cuenta información estadística del DANE (III Censo Nacional Agropecuario) del 2014 para adelantar estudios previos y acciones para planear de manera económica, eficiente y efectiva el diagnóstico y las actividades encaminadas a prevenir y controlar el HLB.
Este informe, también mostró que en el estudio de la información entregada por el ICA, se evidencian fallas en la planeación para el cubrimiento del territorio en el riesgo de expansión de la plaga y que a la fecha, el ICA no ha elaborado el estudio que permita calcular la dispersión de la enfermedad a partir de los focos iniciales de infección, como ha sido la práctica común en los demás países afectados.
En contravención a lo establecido por la FAO, actualmente el ICA carece de una estrategia coherente para afrontar los riesgos del HLB, y con la expedición del único acto administrativo diseñado para atender esta crisis, la Resolución 1668 de 2019, con la cual traslada a la sociedad civil la responsabilidad de atender por su cuenta y riesgo las necesidades de la erradicación de la enfermedad, lo que demuestra que las medidas tomadas por el ICA para la prevención y erradicación del HLB no rindieron resultados positivos.
La inoperancia del ICA también quedó en evidencia con la expedición de la Resolución 16439 del 17 de octubre de 2019 que dejó sin efectos la Resolución 5382 del 25 de abril de 2019 que establece medidas fitosanitarias para prevenir la introducción y propagación de la plaga Cryptolestes pussilloides, produciendo una falta de control fitosanitario al café importado, situación que ha encendido las alarmas del sector por tratarse de un acto que podría desencadenar enormes riesgos para la salud de los colombianos.
Con esta acción, el ICA le ha abierto las puertas de par en par a una temida plaga, que de presentarse, además de afectar nuestro producto interno, generaría dificultades en las exportaciones de café. Es inadmisible que el ICA no haya sido capaz de establecer acciones contundentes para enfrentar la plaga del “Dragón Amarillo” y que al día de hoy nos encontremos con la amenaza de que la HLB llegue a regiones libres de la enfermedad.
También, es cuestionable que ahora los cultivos de café estén expuestos a un riesgo adicional por cuenta de la entidad que debería velar por su protección. No hay manera de aceptar la inoperancia del ICA en cabeza de su actual directora, por ello solicitamos la renuncia de la Señora Deyanira Barrero quien, valga mencionar, en el frente ganadero de las funciones del ICA, se encuentra inmersa en una serie de decisiones turbias con la expedición de las Guías Sanitarias de Movilización Interna, de las cuales pretende entregar su manejo a FEDEGAN, tercerizando efectivamente un recaudo anual cercano a 13000 millones de pesos que actualmente entran a las arcas del Estado, y bajo el esquema que propone la directora del ICA, se reduciría en un 50% a favor de FEDEGAN.
Causa curiosidad que esta decisión se encuentra justificada en fallas técnicas del SIGMA (Sistema de información para Guías de Movilización Animal), errores y debilidades institucionales que asombrosamente sobrevinieron exactamente después del cambio de gobierno en agosto de 2018, cuando el instituto contaba con una gestión exitosa en 2016, 2017 y 2018 como se evidencia en los reportes de quejas ganaderas para esos períodos. Es urgente que esta entidad tenga en su dirección a una persona que sea capaz de enderezar su camino y asuma como propia la misión de trabajar por la sanidad agropecuaria y la inocuidad agroalimentaria del campo Colombiano.
Pedimos al Gobierno Nacional que priorice esta problemática en la agenda nacional, y declare cuanto antes la urgencia manifiesta ante la tragedia del “Dragón Amarillo” que necesita ser atendida de manera inmediata.