“Este es un proyecto con el que queremos complementar la educación que actualmente se imparte en nuestro país en aras de prevenir todo tipo de conductas de riesgo en las que se ven involucrados nuestros menores, tales como el suicidio y la depresión, los desórdenes alimenticios, el abuso en el consumo de sustancias psicoactivas, la violencia y el acoso escolar o bullying, el ciberbullying y el estrés; así como mejorar el rendimiento académico de los estudiantes”, explicó Villalba.
Según la legisladora, hoy “más de 1.025.255 pacientes requieren tratamientos de salud mental, pero sólo se ayudan a 291.865. Además, tenemos déficit de psiquiatras, en la actualidad hay 1.5 por cada 100 mil habitantes, cuando la media es de 5”. De otro lado, la autora señaló que, según estudios científicos y médicos, es hasta los 25 años cuando el cerebro alcanza su desarrollo pleno.
“Esto quiere decir que es en la adolescencia cuando se estructura la personalidad y aparece el comportamiento impulsivo y disruptivo”. Por esto, explica Villalba, “la formación de niñas, niños y adolescentes debe intensificarse en las habilidades emocionales, hacerlos conscientes de sus emociones, distinguir las emociones sanas y nocivas, hacerlos capaces de tomar control sobre sí mismos, saber convivir y tomar decisiones en procura de su bienestar, para que desarrollen la habilidad de discernir consecuencias, partiendo del autoanálisis”.
Para la congresista, los estudiantes con elevada inteligencia emocional tienden a tener un mejor rendimiento escolar y un mejor comportamiento.
Además, las sensaciones y las emociones positivas pueden aumentar grandemente el proceso de aprendizaje. Finalmente, agregó que Colombia debe avanzar en el tema de la Educación Emocional, toda vez que, internacionalmente, países como Argentina, España y Estados Unidos ya cuentan con legislación en la materia.