Reivindicarnos con las miles de familias colombianas que no cuentan con el servicio de energía en sus hogares y promover alternativas energéticas sostenibles para contribuir en la lucha contra el cambio climático, fueron y siguen siendo al día hoy, los principales propósitos de nuestra lucha por el desarrollo de las energías limpias en Colombia. Un camino que si bien no ha sido fácil, ha estado lleno de grandes logros y satisfacciones.
Aunque en algunas oportunidades, muchos nos dijeron que estábamos locos por querer traer la innovación al país, nunca nos rendimos y por el contrario nos aferramos más a este propósito. Cuando en el año 2014, después de superar múltiples obstáculos, pudimos entregarle al país el primer marco normativo sobre energías renovables no convencionales contenido en la Ley 1715, tuvimos la certeza de que este se convertiría en un sector imparable.
El pasado sábado 10 de julio, fue un día muy importante para todos nosotros. Con la sanción presidencial de la nueva Ley de Transición Energética, de la cual fui autor y ponente en el Congreso de la República, logramos dar un paso más en este largo camino. Esta iniciativa que surgió de la necesidad de actualizar la Ley de Energías Limpias, para incentivar la utilización de nuevos vectores energéticos como el hidrógeno verde y azul, entre otras adiciones y modificaciones, llega para impulsar la transición energética, dinamizar el mercado eléctrico y aportar a la reactivación de la economía.
El trabajo articulado entre el legislativo y el ejecutivo en cabeza del Ministro de Minas y Energía, Diego Mesa, fue clave para tramitar en tiempo récord esta ley, así como el respaldo de los Senadores y Representantes a la Cámara, en especial de los miembros y colaboradores de las Comisiones Quintas, quienes participaron activamente en su discusión. Para lograr este propósito contamos con el privilegio de trabajar con un equipo interdisciplinario que con compromiso y dedicación aportó todo su conocimiento en esta construcción.
Con esta ley buscamos conducir al país hacia una transformación sostenible del sector energético, que disminuya la alta dependencia que tenemos de la energía proveniente de combustibles fósiles e incorpore a la matriz nuevas fuentes renovables no convencionales. Para dinamizar el mercado, en esta normativa, incluimos nuevas medidas que buscan agilizar los trámites y las licencias necesarias para el desarrollo de proyectos de este tipo. También, incorporamos disposiciones para incentivar el transporte con cero o bajas emisiones y procurar agilidad en los proyectos, con el propósito de garantizar la continuidad en la prestación del servicio público de energía eléctrica.
Entre los nuevos lineamientos que establecimos se destaca la transformación del Fondo de Energías No Convencionales y Gestión Eficiente de la Energía (FENOGE), con el fortalecimiento de su papel como multiplicador de recursos, catalizador del mercado y potenciador de desarrolladores e implementadores de soluciones de eficiencia energética. También, incluimos la creación del Fondo Único de Soluciones Energéticas (FONENERGÍA), que sustituirá los fondos y programas actuales, con el fin de articular las diferentes fuentes de financiación para nuevos planes, proyectos y programas de generación limpia.
En el acto de la sanción presidencial, realizado en Granja solar El Carmelo en el municipio de Candelaria, del Valle del Cauca, refrendé una vez más, mi promesa y compromiso con los colombianos, de seguir impulsando el desarrollo de las energías renovables no convencionales. Vamos a trabajar de manera incansable para que el país continúe progresando en la transición hacia fuentes más limpias.
Con toda certeza les puedo decir que tenemos una Ley que plantará los cimientos para la llegada de un nuevo mercado sostenible, confiable y eficiente, que nos conducirá hacia una era de desarrollo en Colombia. ¡Bienvenida la Transición Energética!