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El desempleo rural se encuentra en tasas sorprendentes: el negocio a pérdida, que es la triste constante de toda empresa ganadera colombiana aleja toda esperanza de ganancia, de mejora y de inversión, es uno de los puntos críticos
Además del problema de desempleo rural y la falta de competitividad, los altos costos de los insumos al productor y los bajos precios que se les paga al productor no permiten al sector avanzar y salir del lio económico y productivo en el que se encuentran.
Ante la grave situación, que de no ser solucionada, el desempleo rural y la quiebre se verán inminentemente reflejadas en toda la región. “Es preciso direccionar nuestra economía lejos del desastre colectivo al que nos dirigimos de seguro, por lo que requerimos de su decidida y patriótica intervención”
Asoganorte, como representante de todos los ganaderos de la zona del Atlántico, se permite enviarle al presidente Juan Manuel Santos, una propuesta, que esperan tenga a consideración, para salir del aprieto en el que se encuentra este importante sector de la economía colombiana.
Adjuntamos la carta y la propuesta enviada al presidente de la República, Juan Manuel Santos Calderón.
Señor Presidente:
En nuestra responsabilidad de liderazgo del sector ganadero colombiano y de la Costa Caribe, debemos hacer expresa la coyuntura del sector ganadero colombiano que hoy en día, no puede calificarse con otra expresión que como una verdadera tragedia. Nos dirigimos de la forma más atenta a usted, Señor Presidente, para que atienda nuestro llamado, y desde su honrosa posición pueda gestionar una solución a tantos problemas que nos aquejan.
En este momento, el desempleo rural se encuentra en tasas sorprendentes: el negocio a pérdida, que es la triste constante de toda empresa ganadera colombiana aleja toda esperanza de ganancia, de mejora y de inversión. La falta de productividad y el rezago al que están forzados nuestros métodos de producción son piedras angulares de nuestra sepultura como sector fuente de prosperidad, paz y riqueza para los colombianos.
Este lienzo de tragedia está acompañado de serias preocupaciones por otros factores que arriesgan gravemente nuestra existencia como empresarios del campo. Los bajos precios al sector y los altos costos de los insumos nos hacen producir a pérdida, lo que nos va a llevar en un futuro muy próximo a la horrorosa necesidad de liquidar personal y prescindir de un capital valioso, tanto financiero como humano.
El espectro político y de orden público también hace parte de los motivos que nos lleva a la ruina. La inseguridad vuelve y acompaña a nuestra miserableza económica con incertidumbre en el orden público. El proceso de paz arroja postulados atrevidos e ignorantes que de cumplirse, terminarían por desaparecernos de la vida en los campos. Sólo por hacer mención, se nos amenaza con una reforma agraria, con un catastro confiscatorio y con el irrespeto a la propiedad privada bien habida por millones de familias ganaderas, que desde hace siglos vieron al sector rural como fuente de desarrollo y prosperidad.
Señor Presidente, tenemos síntomas serios de una enfermedad en el campo que carcome toda oportunidad por mantener el empleo, el medio ambiente, la seguridad alimentaria y lo más importante, una enfermedad que terminará por llenarnos de hambre, de pobreza y de violencia.
Es necesario reaccionar a la altura de las circunstancias y de inmediato. Es preciso direccionar nuestra economía lejos del desastre colectivo al que nos dirigimos de seguro, por lo que requerimos de su decidida y patriótica intervención.
Teniendo en cuenta lo anterior y como amantes de una paz consciente y justa, creemos que la solución desde su Honorable posición se encuentra en una política agropecuaria integral que nos proteja, entre otros, de los embates de la globalización que a nuestro oportuno juicio debe mantener un nuevo componente económico de ayuda y asistencia al sector.
Es así como la siguiente propuesta debe ser fundamento de una política sectorial necesaria para nuestra subsistencia actual, y justa tanto con consumidores con productores. Desde la gran experiencia empresarial de un gremio siempre proactivo en la estabilidad y en la urgencia, Asoganorte, humildemente expone sus ideas ante la emergencia.
Propuesta: Ayuda en la emergencia del sector lechero
La producción nacional de leche hoy en día es de 6’400.000 litros anuales, de los cuales el 50% (3’200.000 litros) es producido formalmente. En términos de producción diaria, el país produce 17’534.246 litros de leche, haciendo que su producción formal, manteniendo la proporción anterior, sea de 8’767.123 litros.
La ayuda desde el gobierno nacional para incentivar la producción lechera consiste en el reconocimiento al productor de $300 por litro de leche acopiado formalmente. Trayendo las cifras del párrafo anterior, son 3’200.000 litros que totalizan el acopio formal en el país, y multiplicados por los $300 por litro, el valor anual de la ayuda propuesta es de $ 960.000’000.000 millones anuales.
Mediante esta ayuda, se le puede hacer frente de manera eficaz al alza en los insumos de producción y la baja tasa de cambio en los precios, lo que permitiría garantizar unos flujos de caja adecuados y mantendría a flote la actividad.
El segundo aparte de la propuesta, diseñado específicamente para hacerle frente a una coyuntura internacional con importaciones crecientes de lácteos consiste en una compensación por exportaciones. Esta ayuda radica en un cambio diferencial de $400 para cada tonelada exportada de leche en polvo entera. El valor total anual de esta compensación, con un precio estimado de USD 3.500 dólares por tonelada y teniendo en cuenta un tope de 20.000 toneladas, es de $28.000’000.000 millones anuales
Este reconocimiento económico para la actividad lechera solventa los márgenes de rentabilidad que precisa la producción de leche para exportación y posibilita que los márgenes de competitividad de nuestros productos se mantengan.
En total, el valor de la propuesta teniendo en cuenta los dos componentes es de $ 988.000’000.000 millones anuales, una cantidad que nos permitiría solventar esta situación de emergencia y así poder seguir subsistiendo de nuestra actividad.
Señor Presidente, atienda nuestro llamado justo. Requerimos que la máxima autoridad del país se pronuncie y mediante su amplia potestad de respuesta acogiendo nuestra propuesta. El futuro alimentario del país se encuentra en riesgo y la gravedad de la situación exige que se tomen medidas radicales desde el sector público escuchando a los representantes de los gremios.
El campo colombiano va a entrar en crisis de no ser implementada esta ayuda por parte del gobierno; acudimos a los principios democráticos que nos rigen y a la gran responsabilidad de toda la institucionalidad pública para que defienda los intereses de los empresarios del campo colombiano.
Vamos a seguir defendiendo nuestros intereses, que son y han sido siempre los de toda la nación. La ganadería es una tradición de prosperidad desde hace siglos y ninguna coyuntura política ni económica va a callarle la voz a la hora de defenderse. Necesitamos imperiosamente que nos escuche y atienda nuestro llamado.
Con sentido patrio
José De Silvestri
Director Ejecutivo
Asociación de Ganaderos de la Costa del Norte
ASOGANORTE