La Sala de Reconocimiento determinó que la violencia contra los miembros de la UP fue ejecutada, principalmente, por agentes del Estado y paramilitares.
En una ceremonia del 11 al 18 de noviembre, los familiares de estas víctimas recibirán del Estado colombiano las estructuras óseas, científicamente identificadas, de sus seres queridos. Corresponden a 78 personas que murieron en la masacre de Bojayá ocurrida el 2 de mayo de 2002, cuando el municipio chocoano fue conmocionado por la explosión de una pipeta lanzada por las Farc en medio de combates con los paramilitares.
Una investigación del periódico The New York Times acusa al gobierno Duque de presionar a las fuerzas armadas para dar resultados.
La representante a la Cámara Juanita Goebertus asocia la muerte de Dimar Torres con lo denunciado por el diario estadounidense.
Según The New York Times el comandante del ejército de Colombia, frustrado por los vacilantes esfuerzos de la nación para preservar la paz, les ha ordenado a sus tropas que dupliquen la cantidad de criminales y rebeldes que matan, capturan u obligan a rendirse en batalla; y posiblemente acepte un aumento de las bajas civiles en el proceso, según consta en órdenes escritas y entrevistas con altos oficiales.