Como Director de la Autoridad Ambiental de los Atlanticenses consideró los principales cinco retos de la era pos Covid para la gestión ambiental de Departamento, dejando en claro, que no son las únicas situaciones de interés o prioritarias, pero, son una muestra bastante representativa de los compromisos por cumplir.
Como primer reto, ante la presión antrópica sobre ecosistemas estratégicos que durante la época covid ha sido más fuerte, dada la disminución en los operativos de control ambiental, las quemas en la Amazonía, incluso las quemas en el Vía Parque Isla de Salamanca, nunca cesaron, existe la necesidad de redoblar las acciones en dos frentes: en la educación y concientización de las comunidades y en el ejercicio del control ambiental, por su puesto con el acompañamiento de la autoridad ambiental, acompañando pero también ejerciendo las facultades de autoridad, para hacer cumplir la ley.
Como un segundo reto, León Insignares, explicó que al terminar la pandemia vendrá una etapa de recuperación del tiempo perdido y que la gente volverá a comprar, incluso, mucho más de lo que necesita, señalando que “ Lo que estamos viendo ya, en la publicidad que desde los Estados se hace para promover el consumo de los ciudadanos., sin embargo, se debe revisar muy bien el modelo de producción y consumo y, sobre todo, el consumismo de la sociedad mundial, que llevarían definitivamente a la degradación irreversible del ambiente”.
Anunció que desde la Corporación, se promoverá la reactivación de la economía circular y de los puestos de trabajo, pero, haciendo un llamado de atención sobre un consumo responsable, consumir lo que realmente se necesita.
Un tercer reto, asegura que es enfrentar el mismo cambio climático y algunos de sus efectos, como el descongelamiento y la pérdida de las áreas glaciares, así como la deforestación y, en general, la pérdida de la biodiversidad, que terminarán afectando la salud y la vida misma de los seres humanos. El compromiso con la lucha contra la deforestación y la pérdida de biodiversidad debe ser cada vez más fuerte y decidido. Ya no es solo es la pérdida de espacios y especies, lo cual es inconcebible a todas luces, sino los efectos directos que tiene, en relación con la vida, la integridad y la salud de los seres humanos.
“ Con esto quiero decir que si no actuamos ya para detener el cambio climático, la deforestación y la pérdida de la diversidad biológica de nuestros ecosistemas, la constante va a ser la vida confinada por la aparición de virus como el Covid o simplemente deberemos aceptar que es parte de nuestra cotidianidad y adaptarnos para vivir con las limitaciones que ello implica”.
Al referirse al cuarto reto, fue enfático en que le preocupa la planificación para el desarrollo y, particularmente, la planificación ambiental. Al respecto dijo que “ Desde la Corporación hicimos un notable esfuerzo, aún en medio de las limitaciones provocadas por el Covid, para aprobar nuestro Plan de Acción Institucional, un ejercicio serio, riguroso, participativo, consensuado, para tener una visión sobre la gestión ambiental del Departamento para los próximos cuatro años. Hoy tenemos una bitácora, una hoja de ruta clara, sobre lo que debemos hacer y a lo que nos enfrentaremos en los próximos años”.
Pese a lo anterior, es claro en afirmar que sin duda el Covid afectó en especial en relación con la disponibilidad de recursos los cuales pueden mermar un poco, pero, con el Plan de Acción aprobado, la Corporación espera estar en capacidad de acceder a las fuentes de financiación y cumplir las metas trazadas.
Sin embargo, el director de la Corporación dice que esa no es la constante en los territorios y cita que el 86% del país está compuesto por pequeños municipios; por lo menos 17 de los 23 municipios donde ejerce su competencia ambiental la C.R.A son considerados pequeños municipios (con poblaciones inferiores a 30 mil habitantes), por lo que se debe revisar con mucha responsabilidad sus visiones de desarrollo. A pesar de las dificultades que han tenido todos los municipios, la Corporación reitera su férrea disposición para acompañar a los municipios a cumplir con su labor.
El quinto y último reto, se convierte en uno de los más importantes porque apunta a defender la integralidad del ambiente, es un principio básico de la protección y gestión ambiental, reconocido explícitamente por la política pública ambiental y la Ley 99 de 1993, por medio de la cual se organiza el Sistema Nacional Ambiental, y de esta manera fortalecer la visión de integralidad, colaboración armónica y coordinación, para garantizar la gestión ambiental integral en el Departamento.