Su estancia es tan prolongada como fructífera en esta institución, donde sirvió como decano de Humanidades entre 1986 y 2015, lo que le permitió alcanzar este logro, como reconocimiento a su trayectoria, aportes y producción científica, significativos para la ciencia en el país.
Dado a conocer el pasado 26 de octubre, el nombramiento se realizó a través de la convocatoria 737 de Colciencias, en la cual se seleccionaron perfiles en distintas áreas del conocimiento para ser reconocidos como Investigador Emérito, título que el profesor Amar ostentará de manera vitalicia. La hoja de vida del profesor, quien es doctor en psicología social y psicología clínica, fue escogida al cumplir con los requisitos de nivel de formación, producción científica y edad (65 o más).
“Los reconocimientos personales uno los recibe con mucha gratitud. Pero esto también es un reconocimiento que se le da al trabajo de la Universidad del Norte. Un investigador solo no hace nada y conmigo han trabajado más de 200 profesionales a lo largo de mi trayectoria”, expresó Amar, tras recibir la noticia de su nombramiento, añadiendo que se trata de un logro muy valioso para el departamento de Psicología, al que ha estado vinculado desde su llegada a la universidad.
El trabajo científico del profesor Amar ha girado en torno a la infancia en contextos adversos. Desde 1977, hizo parte del programa Costa Atlántica, en el que trabajó con miras al desarrollo de los niños en situaciones de pobreza en la región Caribe, y el cual es considerado un estudio paradigmático de cómo a través de la infancia se puede mejorar las condiciones de vida de una familia.
Por su valor científico y su gran proyección humana, Costa Atlántica obtuvo en 1991 el Premio Nacional de Pedagogía en el área de innovación educativa y ha servido –al igual que otros proyectos del Centro de Investigaciones en Desarrollo Humano, CIDHUM (el cual Amar coordina)– como insumo para generar políticas públicas sobre infancia en Colombia y en países como Portugal, España, Brasil, Guatemala, Perú y El Salvador.
También se destacan sus estudios del cerebro y sus intentos por demostrar cómo este se desarrolla, no solo a partir de aspectos biológicos, sino también a a partir de estímulos del ambiente como las culturas, la sociedad, las normas sociales, el medioambiente y la ecología. En total ha sido autor de 15 libros, coautor de otros 18, y ha presentado alrededor de un centenar de artículos científicos.
En sus 29 años como decano de Humanidades promovió la creación de programas como Comunicación Social y Diseño Gráfico, y de programas que hacen parte actualmente de otras divisiones, como Relaciones Internacionales; así como la creación de programas de maestría con doble titulación y los primeros doctorados de la universidad.
Para Amar, más que un premio a una brillante carrera académica, el nombramiento como Investigador Emérito es un reconocimiento a la constancia y la insistencia a seguir trabajando, a pesar de la edad, en pro de la ciencia y el desarrollo.
“¿Qué hace una persona para ganarse un premio como el Nobel? La característica de la mayoría de los ganadores es que comenzaron en su juventud a trabajar en una sola cosa y se sostuvieron en eso toda su vida. Más que un talento, se premia una constancia, una disciplina. El secreto parece ser ese. Yo me quedé acá en Uninorte y he sido el más porfiado de todos. Creo que este es un premio a mi terquedad”, comenta Amar entre risas.
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