Hoy en Barranquilla, puede verse una arquitectura institucional claramente definida para la gestión de la seguridad con cuatro instancias claves: La Consejería para la Seguridad, con su referente en el nivel nacional con la Alta Consejería Presidencial, desde donde Guillermo Polo como primer Consejero consolidó los lineamientos de la política nacional en el territorio. El Comité de Orden Público con el concurso de las autoridades de las instituciones de seguridad, justicia y gobierno, como el espacio donde se analizan las situaciones que comprometen la tranquilidad de los ciudadanos y definen las acciones que debían atender cada contingencia. El Fondo de Seguridad y Convivencia Ciudadana con la capacidad técnica para la gestión e inversión con el fin de lograr una aplicación eficiente de los recursos públicos, y una Secretaria de Gobierno misionalmente encargada del control del orden público y el mantenimiento de espacios de acceso, protección y justicia a las comunidades.
El Fondo de Seguridad y Convivencia hoy cuenta con un equipo interdisciplinario que da direccionamiento de los programas de prevención social y situacional; que gestiona, monitorea y evalúa los resultados de las acciones de la Política con el Sistema de Información Unificado- SIU- como el instrumento de monitoreo & evaluación, y un equipo administrativo que ejecuta y hace seguimiento a los procesos de adquisición de bienes y servicios para la seguridad.
Esta arquitectura institucional posibilitó la inversión estratégica y la eficiencia en la aplicación de los recursos definidos. Así, con criterios de focalización claros, se han invertido en infraestructura y tecnología para la prevención del delito, fortalecimiento institucional y prevención social y situacional un total de $88.081 millones de pesos del presupuesto general y se realizó una ejecución de $87,756 millones para un porcentaje de ejecución del 100% y con un promedio anual de $21.937 millones anuales en inversión.
Se ejecutó un plan de equipamiento que modernizó el parque automotor de la Policía Metropolitana durante este periodo de gobierno, que dotó con 157 camionetas con dispositivos tecnológicos, 476 nuevas motocicletas, 3 nuevos CAI móviles, 2 laboratorios móviles de criminalística, parte de estas inversiones compartidas y en coordinación con la Gobernación del Atlántico; así como el Suministro permanente de combustible y mantenimiento del parque automotor.
Se construyó infraestructura para la Seguridad. Después de más de 14 años se amplió y modernizó la infraestructura de policía, con la construcción de los primeros 13 CAI Blindados de Policía y 3 nuevas Estaciones, San José y Simón Bolívar en la Localidad Suroriente y Ciudadela 20 de Julio en la Localidad Metropolitana. Se construyó y dotó un moderno Laboratorio de Criminalística y la Sala de Interceptación para labores de Policía Judicial que prestará servicios a toda la región Caribe.
Adicionalmente con la participación de la Gobernación del Atlántico y los recursos de la Tasa de Seguridad Ciudadana, se gestionó la remodelación y adecuación del resto de CAI, Estaciones y Subestaciones existentes en Barranquilla y los Municipios del Área Metropolitana.
Hoy todos conocemos la Unidad de Prevención y Justicia –UPJ- como una de las medidas acertadas de esta administración. Allí se ejecutan las medidas de prevención y protección las 24 horas del día, los siete días de la semana, de ciudadanos que infringen las normas de convivencia y no son sancionados por las autoridades. Con esta nueva instancia se ha logrado de forma anticipada y preventiva atender y sancionar a los infractores de los casos de alteración de la tranquilidad ciudadana, a quienes participan de riñas, agresiones, portan armas cortopunzantes y ejercen violencia en contra de los mujeres y niños.
Se modernizó la tecnología para la seguridad. Hoy la ciudad dispone de un sistema de videocámaras que pasó de 80 dispositivos en el 2012 a disponer de 276 cámaras completamente digitalizadas, de las cuales 43 cámaras son analíticas para lectura de placas en 27 puntos estratégicamente ubicados, y un sistema de monitoreo en tiempo real en el Estadio Metropolitano de Barranquilla con 114 cámaras. Se diseñó el proyecto de ampliación de video vigilancia y ampliación de cobertura total para el Distrito logrando la priorización de inversión por el Ministerio del Interior y FONSECON para el 2016. Igualmente se amplió la capacidad de almacenamiento y monitoreo del CAD; se amplió la cobertura del Sistema de Comunicación con suministro de Avantel para la Policía, Ejército y Redes de Cooperación Ciudadana.
Una parte fundamental de este proceso continuo de fortalecimiento de la capacidad de la POLICIA Metropolitana fue la permanente gestión por el incremento del pie de fuerza y la capacitación de más de 3200 patrulleros en los aspectos básicos del Sistema Penal Oral Acusatorio -SPOA- con la participación de los Operadores y Universidades de la Ciudad.
Si bien los indicadores de alto impacto en el último año no son favorables, se destaca la implementación adecuada y refinamiento constante de los instrumentos de focalización de la inversión del Fondo de Seguridad en corresponsabilidad con las diferentes instancias de la Alcaldía fomentando la cooperación y coordinación intergubernamental, con planeación anual, definición clara de atribuciones, transparencia, que sin duda se constituye en una buena práctica de gobierno sobre los instrumentos de la política pública que enriquecieron el conocimiento colectivo para actuar sobre la problemática de seguridad y violencia urbana.
El mejor ejemplo de la orientación estratégica e inversión del gobierno de Elsa Noguera y la arquitectura institucional que se consolidó para la gestión de la seguridad tiene que ver con la transformación urbana para la conformación de entornos seguros, donde los fundamentos de los proyectos de recuperación y renovación urbana están en convergencia con las preocupaciones que guiaron la puesta en marcha de la política integral de seguridad ciudadana y convivencia.
Es el caso del Programa Entornos Socio Urbanos Seguros – ESUS- que desde el Fondo de Seguridad desarrolló la estrategia de Crime Prevention Through Enviromental Design (CPTED, por sus siglas en inglés) que privilegia las acciones vinculadas con la modificación de espacios urbanos como modelo de intervención para reducir el riesgo de ser víctimas, disminuir las posibilidades de cometer un delito y además reducir el temor que las personas perciben en determinados espacios públicos de la ciudad y en los sectores más críticos de sus barrios.
Así, a la Estrategia de Todos al Parque se articula el programa ESUS para la intervención situacional de factores de riesgo y disminución de la oportunidad del delito con una inversión en 70 parques y escenarios recreodeportivos y sus entornos con Alumbrado Público, instalación de cámaras de video vigilancia, con soluciones medio ambientales; devolviéndole a los barranquilleros 531.751 metros cuadrados de espacio público de calidad y acompañado de la construcción de una ciudadanía activa y responsable que conforma e integra Sistemas Sociales de Alertas Tempranas en sus comunidades para la protección de estos entornos. Es indiscutible que esta transformación urbana del Distrito ha permitido una cualificación del espacio público para la convivencia y seguridad ciudadana, favoreciendo su redimensionamiento y uso.
Los Barranquilleros vimos la recuperación de Sectores Críticos como “Las Colmenas” y el acceso hacia La Loma, el mantenimiento del sector recuperado en “Zona Cachacal” en el Barrio San Roque que hoy le dio paso a dos nuevas plazas públicas –San Roque y próximamente Plaza Hospital-; así como el entorno del Coliseo Humberto Perea, recuperaciones urbanas que han tenido un efecto evidente en el Medio Ambiente, Espacio Público, Movilidad, Seguridad y Convivencia en la ciudad. Otros espacios que se han beneficiado de este modelo en temas de prevención social y situacional son los recientes proyectos de Vivienda Villas de la Cordialidad, Villa de San Pablo y Gardenias donde el programa ESUS ha promovido la identificación y atención de factores de riesgo coordinando y articulando la oferta institucional y en donde recientemente y por gestión del Fondo de Seguridad, el Ministerio del Interior acaba de viabilizar la construcción de los Centros de Integración y Convivencia Ciudadana –CICC- para cada una de estas nuevas comunidades.
El balance final es de 372 territorios críticos de la ciudad intervenidos, con 146 áreas priorizadas y con un promedio anual de 70 jornadas ESUS en sectores específicos de la ciudad y con acciones en los entornos de 39 Instituciones Educativas Distritales.
Se fortaleció el capital social comunitario para la gestión comunitaria, control social y corresponsabilidad en la prevención y mantenimiento de las condiciones de seguridad en los territorios intervenidos. Un total de 3798 miembros de la comunidad participaron en la gestión del programa ESUS. Se fortaleció el Modelo Nacional de Vigilancia Comunitaria por Cuadrantes, generando procesos de integración y corresponsabilidad con cerca de 625 líderes comunitarios, y 1910 hogares. Se creó el Sistema Social de Alertas tempranas y fortalecieron los frentes de seguridad, como mecanismos de control y vigilancia comunitaria. Se articularon Juntas de Acción Comunal, Empresas del sector portuario, líderes naturales, madres comunitarias, organizaciones juveniles y comunitarias, comerciantes, docentes, estudiantes, y vecinos de los territorios intervenidos situacionalmente. Se entregaron 700 alarmas y 3600 Avanteles para fortalecer el trabajo de los Sistemas Sociales de Alertas Tempranas-SSAT- con las autoridades de Policía. Se conformaron 432 frentes de seguridad con 3500 miembros de las redes de apoyo.
El otro elemento clave de la gestión de la seguridad que fue oportuno y de gran impacto en nuestras comunidades ha sido el programa “Va Jugando” que desde el Fondo de Seguridad se estructuró y ejecutó buscando invertir la pacificación de pandillas e interrupción de carreras criminales de jóvenes. Un total de 2.600 jóvenes de 95 grupos de pandillas que fueron caracterizados en 2012 se invitaron a participar al programa, de las cuales una de cada tres pandillas se vinculó, iniciando así con 32 pandillas. En 2013 se amplió a 750 participantes, especialmente miembros de pandillas de localidades 1, 2 y 3 del distrito; logrando al primer semestre del 2015 cobertura del 100% de las pandillas caracterizadas en 2012 y a 1.300 jóvenes que pertenecen a ellas.
Hoy conocemos que 103 pandillas fueron intervenidas por medio de la estrategia de Fútbol callejero que logró pacificar barrios que estaban azotados por las pandillas. Este programa movilizó la participación promedio anual de 2.900 jóvenes y sus comunidades en torno al futbol como espacios para construir nuevas oportunidades y generar cambios. Estos jóvenes obtuvieron reconocimientos en el campeonato mundial de fútbol callejero Brasil 2014 y subcampeones en la copa América jugada en Buenos Aires- Argentina en el 2015, donde demostraron que si es posible lograr cambios positivos en sus vidas. Se dio atención psicosocial integral a los jóvenes, se dio el restablecimiento de derechos a la salud, educación, formación para el trabajo y empleabilidad a los jóvenes participantes, y sus núcleos familiares.
Hoy, cerca del 40% de los jóvenes de va jugando, trabaja en empleos formales o informales, y el 20% ha vuelto al colegio y/o está vinculado en algún proceso de capacitación, y 74 jóvenes ya tienen resuelta su situación militar que les permitirá ingresar al mundo laboral. Más de 300 jóvenes fueron capacitados en competencias laborales alternativas como el tatuaje, peluquería, corte urbano, belleza y reciclaje. Un total de 120 se formaron en servicios asociados al sector de la construcción, reparación y mantenimiento domiciliario y otro número importante de jóvenes capacitados en el Sena comienzan a realizar prácticas empresariales. Por otra parte los indicadores muestran que en el 2012 el 45% de ciudadanos asociaban su percepción de inseguridad a pandillas, al 2015 esta percepción de inseguridad ha disminuido al 28%; y el 43% de los ciudadanos cree que se debe dar más oportunidades a los jóvenes para reducir la violencia y la criminalidad (Fuente: BCV).
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