Las intenciones de la administración distrital es cobrar entre mil y 7 mil pesos a los propietarios de líneas fijas de los estratos 4, 5, 6, comerciales e industriales; además quienes tengan contratos con empresas operadoras de telefonía celular pagarán entre $1.440 pesos y $7.800 pesos.
El proyecto expresa que lo recaudado se destine a nutrir los fondos para pagar las mesadas a los pensionados de las extintas EPM, EDT y a los jubilados de la administración Distrital de Barranquilla.
El aspirante a la Alcaldía, Rafael Sánchez Anillo, expresó su extrañeza en torno al contenido de la propuesta de la Alcaldesa, Elsa Noguera, de imponer un gravamen a la telefonía fija y celular.
Sánchez Anillo consideró, que es necesario abrir una discusión con diferentes estamentos sociales, empresariales y dirigenciales de la ciudad para unificar criterios en torno a la pretensión de modificar el estatuto tributario de la ciudad.
Indicó que este nuevo impuesto a la telefonía, tendría varias consecuencias, entre otras están: encarecimiento a los gastos personales de los ciudadanos, disparando el costo de vida, un desestimulo al sector empresarial e industrial.
Ante la cantidad de impuestos a que se someten el sector industrial y empresarial, ocasionaría un desplazamiento hacia otras ciudades donde las condiciones de inversión sean favorables para ellos y esto, lógicamente genera desempleo y pobreza a nuestra querida Barranquilla.
Rafael Sánchez consideró que “Ya la ciudad está saturada de impuestos y contribuciones, que alejan la inversión y crean desempleo y por otro lado se pierde el atractivo para que nuevas industrias se instalen “
Igualmente señaló que no se deben crear nuevos impuestos, sino que se revisen los existentes, porque Barranquilla es una de las regiones colombianas donde más impuestos y contribuciones deben pagar ciudadanos y empresas en nuestro país.
En torno al destino de lo recaudado del anunciado impuesto a la telefonía fija y celular, que es el sector pensional de la ciudad, Sánchez Anillo. Explicó que deben explorarse otras fuentes que permitan obtener esos recursos, pero sin golpear duramente los bolsillos de los habitantes de la ciudad.
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