El dirigente sindical consideró que la jornada única escolar es una deuda que tiene el Gobierno con la educación desde el año 1994 cuando se promulgó la ley 115 (Ley general de educación) y allí se consignó el desarrollo de estas jornadas de estudio.
Pero, anotó, que transcurridos 20 años no se implementó la infraestructura para atender ese horario de trabajo, en el caso de Barranquilla no existen instituciones educativas oficiales, con los parámetros de la jornada única, tales como Restaurantes escolares, aulas especializadas y espacios para la práctica deportiva y recreacional, además de personal docente y administrativo adicional.
Explicó Jiménez que por ejemplo si en una Institución Educativa son atendidos 700 estudiantes en jornadas de mañana y tarde, con la jornada única no pueden asistir todos, porque no hay capacidad instalada para acomodar en una sola jornada a 700 estudiantes.
El gran reto, anota José Ignacio Jiménez, para los Gobiernos Distrital y Nacional es destinar una cuantiosa inversión para adecuar las plantas físicas de 200 instituciones educativas de Barranquilla y albergar a unos 210 mil estudiantes con 6.480 educadores que laboran en el Distrito, que son las cifras actuales de estos 3 indicadores que constituyen el mapa educativo de la ciudad.
El Presidente de Adeba, indicó que de aplicarse esta herramienta horaria en la ciudad saldría el 50 por ciento de los 210 mil estudiantes actuales porque no hay espacio en las aulas para ellos, y según el Ministerio la jornada va de 7:00 A.M a 4:00 P.M. 8 horas académicas, 40 minutos para el almuerzo y 20 minutos para recreo.
Recordó que en la administración del ex alcalde, Alex Char, con buena intención, se invirtió en infraestructura educativa,” pero el espacio para recreación no es el adecuado en cada una de las moles de cemento que se ejecutaron” y algunas intervenciones aún no han sido concluidas, apuntó Jiménez.
Expresó que en Barranquilla a lo sumo dos o tres instituciones públicas tienen la capacidad instalada para desarrollar la jornada única, se registra un evidente déficit de aulas para aplicar la decisión Ministerial, pero si se hace en pocas instituciones educativas la llamada prueba piloto, habría desigualdad porque los estudiantes que queden excluidos no tendrían la intensidad horaria en su actividad académica.
Finalmente, José Ignacio Jiménez, acotó que se deben unir esfuerzos y meditar profundamente la decisión que en otros Departamentos arrancó como en Cundinamarca y Antioquia, pero en la ciudad es difícil aplicarla
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