Este miércoles se cumplen 10 años desde que empezó a implementarse este programa y las historias de estudiantes y egresados demuestran que la educación ha sido el camino indicado para consolidar a Barranquilla como una ciudad de oportunidades.
La génesis de la estrategia se dio debido a que los estudiantes, tras finalizar su etapa escolar, se preguntaban cuál sería su futuro académico y laboral. La formación técnico-profesional con financiación del 100% fue la respuesta y solución de la Administración local para ofrecer una primera entrada a la educación superior y, en la mayoría de los casos, a un empleo formal.
El programa, que en un momento alcanzó un máximo de 21 sedes simultáneas, fue diseñado para llegar hasta los barrios de las diferentes localidades de la ciudad, convirtiendo a las instituciones educativas oficiales en salones universitarios durante la jornada nocturna, permitiendo así que más jóvenes pudieran acudir a la formación, mientras alternaban con otras actividades.
Justamente uno de los primeros beneficiados fue Miguel Serrano, egresado de Procesos Contables en el año 2015. Este joven, al finalizar el técnico laboral, decidió enfocar su carrera profesional en esta área, por lo que continuó su ciclo de formación y actualmente está a punto de recibir su título como profesional. “Universidad al Barrio fue la base para encontrar lo que realmente me apasionaba y crecer laboralmente”, asegura.