Montado en uno de los automotores de la institución y acompañado de compañeros de institución el Sargento Castañeda hizo entrega personal a cada uno de los menores de los barrios más pobres del sur de la ciudad.
Los pequeños recibieron con gran alegría sus muñecas, carrito y muchos regalos más y eso se notaba en la sonrisa que mostraban al tomar los juguetes que con mucho amor y cariño le hacían los uniformados.
Algunos recibieron los juguetes en la puerta de su casa lo cual fue emotivo para que los padres de los menores dieran las gracias al Sargento Castañeda por tan noble acción.
Esto demuestra que detrás de esos uniformes verde oliva no solo hay hombres rudos contra la delincuencia sino un sargento con mano firme y corazón grande.
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