La máxima autoridad católica salió a primera hora de este lunes 22 de julio de Roma en un vuelo especial de Alitalia que lo llevó directamente al Aeropuerto Internacional de Galeão, el principal aeropuerto internacional de la ciudad de Río de Janeiro, donde aterrizó a las 18H45 (GMT) y fue recibido por la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff .
Fuertes medidas de seguridad con helicópteros y en el espacio terrestre con vehículos y patrullas de seguridad fueron dispuestas por el Gobierno de Brasil para recibirlo. Luego de este encuentro diplomático el Papa Francisco realizó un recorrido en su papamóvil, sin blindaje para que los millones de católicos que lo esperaban pudieran tener contacto directo con él hasta llegar a la Catedral de esa región.
Durante el recorrido miles de personas gritaban con alegría y emoción por su llegada. De allí recorrió la avenida Chile tras recibir apretones de mano, abrazos y expresiones de fe de los católicos provenientes de diversas partes del mundo.
Sin embargo, la presencia del máximo jefe del Váticano causó manifestaciones entre un grupo de brasileños que no estuvo de acuerdo con los gastos hecho por el Gobierno de su país para esta visita.
Los protestantes aseguraron que se gastaron más de 100 millones de dólares en esta actividad, los cuales debieron ser invertidos en educación, salud y vialidad; al tiempo que manifestaron su temor de que este gasto al final vaya a recaer en los ciudadanos.
No obstante la presidenta de Brasil, expresó durante un segundo encuentro con el líder católico en el palacio presidencial, que su visita al país no se pudo dar en un mejor momento, pues a su juicio el Papa podría contribuir a potencializar lo que los jóvenes creen más importante y la oportunidad para discutir e implementar nuevos valores a través de la Jornada Mundial de la Juventud.
Por su parte el papa Francisco manifestó que la juventud es la ventana por la cual entra el futuro en el mundo y por ello se imponen grandes desafíos para esta generación.
Señaló que aprendió que para tener acceso al pueblo brasileño es necesario entrar por el portal de su inmenso corazón y por ello le pidió a los habitantes tocar delicadamente esa puerta (su corazón). “No tengo oro ni plata, pero traigo lo más precioso que me han dado, Jesucristo”, dijo.
El próximo jueves será el encuentro del líder católico con la juventud en la playa Copacabana; de igual forma tiene previsto visitar en los próximos cinco días la Residencia de Sumaré, Basílica de Nuestra Señora Aparecida, Hospital San Francisco de Asís, Alcaldía de Río de Janeiro, Favela de Varginha del complejo de Manguinhos, Quinta Boa Vista, Catedral Metropolitana de San Sebastián, Teatro Municipal de Río de Janeiro y El Campus Fidei en Guaratiba.