Miles de personas se congregaron este sábado en el centro de Glasgow, Escocia, para reclamar la celebración de una nueva consulta para el próximo año, con el fin de definir la separación de esa región del Reino Unido, como parte del movimiento independentista escocés. Según el plan trazado por la formación de la ministra principal, Nicola Sturgeon, del Partido Nacionalista Escocés (SNP), se afianza en la campaña para conseguir que Londres acceda a negociar un segundo referéndum.
El argumento esgrimido por la dirigente conduce que con el brexit ha cambiado la situación desde el anterior plebiscito. La dirigente escocesa ha solicitado la participación masiva de la ciudadanía, para "escapar del caos, la miseria y división del brexit" y que sean los escoceses quienes definan su propio futuro. La titular del SNP anunció que, luego de esas elecciones, pedirá formalmente al primer ministro la autorización para celebrar nuevamente un plebiscito.
El Partido Conservador escocés sigue una línea diametralmente opuesta a los planes de Sturgeon, a la que acusa de ignorar al electorado. El líder en funciones, Jackson Carlaw, ha sostenido que no se debe obsercionar con la independencia, "la gente ha tenido suficiente división y sólo queremos salir adelante", agregó.
Según las encuestas, más de 50, de los 59 escaños para Escocia en el Parlamento británico pudieran caer en manos del SNP, lo que lo lleva a creer que este es el momento precisa para capitalizar el descontento que genera el brexit entre algunos escoceses, así como los años de gobernación del partido conservador.
La mayoría de habitantes de Escocia respaldó la opción de permanecer en la Unión Europea (UE), aunque en el referéndum de 2014, el 55 por ciento de ellos optó por continuar formando parte del Reino Unido. No obstante, los sondeos revelan que tras la llegada de Boris Johnson al 10 de Downing Street, el apoyo a la independencia ha aumentado en al menos 4 puntos porcentuales.
Telesur