La Amazonía tiene 7,4 millones de km2, es la mayor región de bosque tropical del planeta y alrededor del 60 por ciento se encuentra en Brasil. Su bioma es inigualable y su existencia es vital para los esfuerzos contra el cambio climático. Sin embargo, en estos momentos el llamado pulmón del mundo está envuelto en llamas.
Desde hace al menos dos semanas se han registrado grandes incendios forestales en Bolivia y Brasil, siendo este último donde se originó el principal foco, específicamente en el estado de Rondonia. Hasta ahora se estima que han sido destruidas 500.000 hectáreas de bosque entre Brasil y Bolivia, y se ha empezado a extender hacia Paraguay y Perú.
En redes sociales han circulado imágenes de largas extensiones de bosque quemado a través de los estados brasileños de Acre, Rondônia, Mato Grosso y Mato Grosso do Sul, así como animales huyendo de su hábitat. Las denuncias llevaban más de 15 días, pero la noticia no se hizo visible hasta que el incendio se convirtió en una triple amenaza entre Brasil, Bolivia y Paraguay.
En este contexto, los internautas han optado por visibilizar su reclamo con el hashtag #PrayForAmazonia, el que acompañan con imágenes y videos del fuego arrasando con árboles y animales. Además, denuncian la poca acción de las autoridades gubernamentales, en especial, de Brasil, le han dado a la emergencia ambiental. Según reportes de las autoridades del lugar, el incendio forestal no ha podido disminuir con el paso de los días y sigue avanzando en la zona forestal de la Amazonía.
La deforestación arrasa la Amazonía El director del Programa para Amazonía del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés), Ricardo Mello, aseguró que en la región de la Amazonía no existen procesos naturales que provoquen incendios, por lo tando, el incremento es por la acción directa del ser humano.
También la directora de ciencias del Instituto de Investigación Ambiental de la Amazonia (IPAM, por sus siglas en inglés), Ane Alencar, dijo que los incendios se deben al aumento en la deforestación, provocada por granjeros para obtener tierras de cultivo. A esto se le suma la expansión de infraestructura vial y de la frontera agrícola y ganadera, el aumento de cultivos ilícitos y el tráfico de madera. Un negocio de bandas criminales, así como de gobernantes locales y nacionales.
Telesur