El brote actual, que afecta a 23 estados, es el más grande desde que las autoridades sanitarias declararon eliminada la enfermedad en el año 2000, y además presenta el mayor número de casos desde 1994, cuando se llegó a una cantidad récord de 963. Los territorios que reportaron personas afectadas son:
Arizona, California, Colorado, Connecticut, Florida, Georgia, Illinois, Indiana, Iowa, Kentucky, Maryland, Massachusetts, Michigan, Missouri, Nevada, Nuevo Hampshire, Nueva Jersey, Nueva York, Oregón, Pennsylvania, Texas, Tennessee y Washington. De acuerdo con los CDC los datos de 2019 se deben, principalmente, a unos pocos brotes en la ciudad de Nueva York y el estado homónimo, que se encuentran entre los más grandes y duraderos desde el 2000.
Las instituciones de salud señalaron, a finales de abril, que “mientras más tiempo continúen estos brotes, mayor será la posibilidad de que el sarampión vuelva a tener una presencia sostenida en Estados Unidos”. Los brotes están relacionados con personas que contraen el sarampión en el extranjero, regresan a Estados Unidos y exponen a la enfermedad a personas que no están vacunadas.
Medios locales indicaron que el mensaje de activistas contra la vacunación ha sido amplificado por las redes sociales, pero también ha encontrado raíces entre miembros de comunidades específicas, como los judíos ultraortodoxos de Nueva York. Las autoridades sanitarias resposabilizan del creciente aumento de casos al incremento del número de padres que debido a noticias falsas se niegan avacunar a sus hijos. Mientras, los médicos insisten en la necesidad de que los niños estén vacunados, destancando su seguridad y efectividad.
Telesur