El tiroteo reportado el 14 de febrero en la escuela Marjory Stoneman Douglas, en el sur de Florida, con al menos 17 muertos es la octava mayor masacre en la historia reciente de Estados Unidos, tres de las cuales han tenido lugar en menos de seis meses, sumándose a los ataques en Las Vegas (58 muertos) y Sutherland Springs, Texas (26).
En enero, dos estudiantes de 15 años fueron asesinados y otras 18 personas resultaron heridas en una escuela rural de Benton, Kentucky. Es tan común que ocurran tiroteos en escuelas de Estados Unidos, que anualmente realizan simulacros para que los estudiantes sepan cómo reaccionar ante una situación de este tipo.
En el mes y medio que lleva 2018, han fallecido 1.816 personas por violencia armada, según los últimos datos del registro de la organización Gun Violence Archive.
La masacre reaviva el histórico debate sobre la posesión de armas de fuego a manos de civiles y su fácil acceso en Estados Unidos, país en el que existen entre 270 y 310 millones de armas de fuego y en 37 por ciento de los hogares existe un adulto que posee al menos una.
Se calcula que cada año mueren 33.880 personas por disparos de armas de fuego, lo que equivale a un promedio de 93 fallecidos al día, según estudios realizados por la Campaña Brady para la Prevención de la Violencia con Armas de Fuego y el Centro de Prevención y Control de Lesiones de Estados Unidos.