El representante permanente de Rusia ante la ONU, Vitali Churkin, dirigirá durante los próximos 30 días la labor de ese órgano de 15 miembros, encargado de “la paz y la seguridad” del mundo, en reemplazo de Corea del Sur, país que realizó esa tarea en febrero.
"Nuestra postura es muy simple: consideramos que la violencia debe parar, para lo cual hay que establecer un diálogo sin condiciones previas. Ese es el punto clave", subrayó.
El diplomático, no obstante, agregó que “sin el diálogo y la voluntad política de todas las partes involucradas es poco lo que la comunidad internacional puede hacer para ayudarlos a resolver esta crisis”.
Churkin destacó que entre los asuntos por resolver a corto plazo destaca también la desmilitarización de Afganistán, donde el mandato de la misión de la ONU será prorrogado un año más.
“El año 2014 va a ser un año muy importante para Afganistán, que afronta las próximas elecciones presidenciales de abril con unas perspectivas poco claras sobre la presencia militar, después de la retirada de las fuerzas extranjeras, y en torno a un diálogo nacional y la reconciliación”, explicó.
Respecto al programa nuclear de Irán, el embajador ruso ante la ONU recalcó que las negociaciones, aunque no han sido exitosas, “poseen nuevos elementos importantes que deberían atraer a los iraníes para discutir finalmente el punto clave del problema”.
En relación al programa nuclear de Corea del Norte, Churkin dijo que el Consejo de Seguridad debe “mostrar una postura firme de desaprobación de esa peligrosa tendencia de acción”, pero también debe buscar una iniciativa que permita reanudar las conversaciones a seis bandas y lleve a una resolución diplomática.
Política exterior
Moscú asumirá esta labor justo después de que el presidente Vladimir Putin anunciará su decisión de llevar adelante una actualización de su política exterior, en miras del período 2013-2018, cuya base sería el pleno reconocimiento del papel central que tiene la ONU en la resolución de conflictos.
Para Putin, la ONU debe seguir siendo el eje regulador de la coordinación de la política mundial en el siglo XXI, mientras se avanza hacia las necesarias reformas del organismo.
Igualmente, sostuvo que apostará por un liderazgo colectivo en las relaciones internacionales y una política integracionista dentro de mecanismos como el Grupo de los 20, el Brics (Brasil, India, China y Sudáfrica) y la Organización de Cooperación de Shanghai, entre otros.
Asimismo, Moscú rechaza utilizar la llamada “Responsabilidad de Proteger” como pretexto para lanzar intervenciones militares y otras acciones contrarias al derecho internacional y al principio de igualdad soberana de los estados, en naciones como Mali y Congo Democrático.