Con la contundente frase “Condenadme, no importa, la historia me absolverá” cerró su discurso de defensa que más adelante se convirtió en un manifiesto y delineó las bases fundamentales del programa revolucionario.
“Se trata de un alegato impresionante, sin duda uno de los más importantes de la historia latinoamericana, tanto por su contenido como por las condiciones bajo las cuales se produjo”, explicó Atilio Borón, politólogo y sociólogo argentino.
¿Qué hace tan singular este discurso?
Fidel Castro, licenciado en Derecho Civil, asumió su propia defensa y se valió de su admirable memoria para armar su tesis.
"Todas las personas que lo han escuchado comentan su talento. […] Su postura […] ha despertado verdadera admiración para con el revolucionario", explicó la periodista Marta Rojas, quien estuvo presente en el juicio.
En su discurso, el comandante Fidel no solo criticó y le declaró la guerra a la dictadura de Fulgencio Batista, sino que también presentó soluciones concretas para resolver los graves problemas que aquejaban a Cuba como la distribución de la tierra, la industrialización, el tema de la vivienda, el desempleo, la educación y la salud.
Telesur
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