Según el reporte, Washington adopta un doble rasero selectivo y la imposición de coerción unilateral, entre otros medios que traducen que utiliza los DD.HH. a conveniencia.
En ese sentido, apunta que EE.UU. siempre ha considerado el tema como una herramienta para concretar los propósitos de su estrategia política.
El informe destaca que históricamente ese país ha politizado ese asunto, si bien en una etapa temprana lo rechazó y en los años recientes se ha presentado como su guardián a nivel global.
A juicio de la Sociedad de Estudios de Derechos Humanos de China, los comportamientos de EE.UU. erosionan seriamente los fundamentos de la gobernanza global en materia de los derechos humanos. Por otra parte, amenazan gravemente el desarrollo internacional de la causa de los derechos humanos.
El texto señala que todo ello acarrea consecuencias escandalosamente destructivas, aunque también ha provocado que se adquiera conciencia de que la no politización de los DD.HH. es la base y condición previa para una gobernanza global fluida en esta materia.
En opinión de sus firmantes, la manipulación del asunto por EE.UU. ha fortalecido, además, la creencia de que prevenir y frenar su politización deviene garantía para promover el sólido desarrollo de la causa internacional de los DD.HH.
Según medios locales, el informe se publicó en respuesta a la Ley de Prevención del Trabajo Forzoso Uygur, firmada por el presidente estadounidense Joe Biden el pasado 23 de diciembre. Esta norma prohíbe las importaciones procedentes de la región autónoma uygur de Xinjiang (noroeste).
Sin fundamentos, el Gobierno de EE.UU. ha difundido que las autoridades violan los derechos humanos de la etnia uygur. Beijing ha reiterado que la Casa Blanca miente sobre el tema para desviar la atención sobre cómo viola los DD.HH. de los estadounidenses y frenar el desarrollo de Xinjiang y de China, con lo cual busca mantener su hegemonía.