Con esas palabras el alcalde Jaime Pumarejo Heins presentó, en el marco del Circuito Colombia de la Asamblea del BID 2021, cómo Barranquilla está planificando su crecimiento en armonía con la naturaleza.
El reto inició en 2017, con el Gran Malecón: “Volver a darle la cara al río fue una hazaña que nos tomó décadas y que algunos daban por perdida. Muchas generaciones se acostumbraron a darle la espalda al atractivo más importante, a lo que nos dio vida y nos hizo nacer: el Magdalena”, dijo.
Hoy Barranquilla se propone no solo revertir ese error histórico, sino apropiarse de los tesoros que la rodean: la ciénaga de Mallorquín, el Parque Isla Salamanca y el mar Caribe.
El mandatario distrital socializó los proyectos que, con el respaldo del Banco Interamericano de Desarrollo y de la Presidencia de la República, permitirán a Barranquilla seguir direccionando su crecimiento bajo criterios de sostenibilidad e innovación, al integrar armónicamente su riqueza natural en su planeación urbana y desarrollo económico y social.
El punto de partida para construir una Biodiverciudad implica prevenir para crecer de una manera ordenada y planificada, evitando catástrofes urbanas y arropando el espacio ambiental que necesitamos para dejar respirar la flora y fauna.
Es por esto que Barranquilla alzó la mano y llevó ese desafío a la acción desde su Plan de Desarrollo 2020-2023. El reto de Biodiverciudad abarca diferentes frentes de la ciudad y es transversal a los grandes proyectos de la Administración distrital.
“Organizamos el crecimiento de nuestros próximos años para amortiguar ese futuro, soñando una ciudad que crece respetando su entorno y ecosistema; esto es lo mínimo y tan solo un primer paso. El reto ahora es pensar cómo lo volvemos un motor de desarrollo”.
En ese sentido, explicó que el ecoturismo y la generación de empleo, a través de las energías limpias y el reciclaje, se volverán parte del ADN de la ciudad.
Barranquilla ya es una Biodiverciudad desde hace cinco años, cuando “tumbamos” la paredilla que escondía a nuestro gran afluente y nos volvimos a encontrar con el río Magdalena. “Ahora la meta es reencontrarnos con el mar y la ciénaga, cohabitar con la naturaleza y ser mejores vecinos”, finalizó Pumarejo.
Los proyectos
Las metas de la primera Biodiverciudad del país son ambiciosas: sembrar y mantener 500.000 árboles, recuperar 15 millones de metros cuadrados de espacio público y entregar 26.000 hectáreas más para el disfrute de los barranquilleros y sus familias.
Estos son los principales proyectos de este reto de ciudad:
Ciénaga de Mallorquín, donde convergen el río, el mar y la ciénaga
El proyecto insignia que catapultará a Barranquilla como la primera Biodiverciudad de Colombia contempla varios componentes que beneficiarán a más de 1 millón de habitantes: encuentro con la naturaleza, turismo sostenible y generación de oportunidades para la comunidad aledaña de 20.000 habitantes del corregimiento La Playa y el barrio Las Flores.
Se proyectan siete grandes intervenciones a lo largo de 980 hectáreas, incluyendo la recuperación integral del cuerpo de agua y el saneamiento del ecosistema, el ecoparque turístico, la playa de Puerto Mocho, un tren Tajamar, entre otros.
Siembra Barranquilla y Bosques Urbanos
El programa de arborización más ambicioso en toda la historia de la ciudad busca sembrar 250.000 árboles en Barranquilla y su área metropolitana, lo que impactará altamente la calidad de vida en la medida en que la sensación térmica, según la proyección de los expertos, será de 6 grados menos en los lugares donde se hagan siembras masivas de árboles adultos. Desde que inició el programa se han sembrado 85.300 árboles.
Hoy Barranquilla cuenta con 4 bosques urbanos que conforman 16 hectáreas para el desarrollo de 15.700 árboles de 13 especies, la gran mayoría de bosque tropical seco. Durante los próximos 10 años, la meta es sembrar más de 5.000 árboles anualmente.
Los excelentes resultados obtenidos en este programa le han dado a Barranquilla la posibilidad de estar en la lista de las ciudades más arboladas del mundo, según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura.
Programa de Energías Renovable
El programa de Energías Renovables que será implementado en la ciudad, cuyo objetivo es la generación de mecanismos de uso eficiente de los recursos naturales y energéticos, se divide en dos proyectos. El primero, la generación de energía fotovoltaica a gran escala y el segundo la autogeneración distribuida a pequeña escala.
La implementación de fuentes no convencionales de energías renovables en el Distrito busca cubrir el suministro de energía del alumbrado y proveer soluciones de generación fotovoltaica para las cubiertas de las edificaciones a cargo del Distrito (más de 300 edificios públicos), con el fin de generar la energía para su autoconsumo, entre las que están: hospitales, colegios, parques, organismos de seguridad, mercados y escenarios deportivos, entre otros.
Entre los beneficios que presenta este programa está el ahorro entre el 22 y 42 por ciento en el pago del consumo de energía y la generación de más de 500 empleos calificados.
Recuperación integral de caños
Con la intervención de 11,4 kilómetros de los caños, se busca mitigar los riesgos de inundación de los barrios aledaños, beneficiando a más de 74.000 habitantes. Asimismo, el objetivo es mejorar su manejo ambiental y capacidad hidráulica y de navegación, con el fin de aprovecharlos como sistema de amortiguamiento, recuperación urbana, transporte y atractivo turístico.
Este proyecto contribuirá a conservar los caños Las Compañías, Los Tramposos, Mercado, Caño Arriba, La Tablaza y La Auyama, en los barrios La Loma, La Loma 3, La Barranquillita, La Chinita y La Luz.
Los caños serán convertidos en canales, a través de los cuales se transportarán los habitantes del área metropolitana hasta las universidades o centros de negocios.