Desde 2012 la empresa viene denunciando ante las autoridades locales y, más recientemente, ante las nacionales, sin obtener respuesta de las mismas, los obstáculos para realizar estas actividades, principalmente por la oposición de las comunidades asentadas a lo largo de la infraestructura, las cuales no permiten el acceso al personal técnico para atender la reparación de las múltiples fugas que se han presentado en este lapso y que cada vez son mayores por las condiciones precarias en las que actualmente opera el gasoducto en esa zona.
Por lo anterior, al representar un riesgo apremiante, Promigas se ve obligado a suspender el servicio hasta que cuente con las garantías para desarrollar sus labores normalmente y culminar el proyecto de adecuación que se está desarrollando para atender los aspectos más críticos del gasoducto.
Lamentamos los inconvenientes e incomodidades que los pobladores deberán soportar por la falta del servicio pero nuestro sentido de la responsabilidad y de apego a la ley nos conminan a tomar esta decisión.
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