Mauricio Rodríguez, director de la Unidad Solidaria, destacó que “fuimos de las entidades que el presupuesto creció y en 2025 será de $45 mil millones (según presupuesto que decretará el Gobierno). Este año en el Atlántico hemos invertido recursos cercanos a los $600 millones para fortalecer organizaciones y hemos articulado con ellos un circuito de tres componentes, que son la producción agroalimentaria, la economía popular y el turismo”.
La función de la Unidad Solidaria es fomentar el cooperativismo, las mutuales, los fondos de empleados, asociaciones productoras de alimentos, impulsar las juntas comunales y los emprendimientos colectivos.
“Hemos incrementado nuestra presencia en 20 territorios solidarios y en el Atlántico lo primero es empoderar la economía popular de las ciudades, ofrecer garantías y condiciones para que puedan seguir trabajando en las líneas de comercialización alimentarias”, señaló Rodríguez.
Otro aspecto fundamental es no dejar morir las tiendas de barrio, por lo que la unidad lanzó Red Nacional de Tiendas Solidarias.
“El tendero de barrio es indispensable para la economía local y popular, por eso tenemos este programa. La meta es cerrar con 3.000 tiendas solidarias, las que reciben como beneficio la reducción de la intermediación y apoyo para que puedan mejorar su atención”.
Estas tiendas reciben acompañamiento técnico y reciben beneficios a través de toda la red que maneja la Unidad Solidaria a través de productores.
Hay que recordar que un sondeo de Fenaltiendas publicó en agosto reveló que para el 81% de los tenderos sus ventas han bajado o siguen iguales en comparación a 2023.