Sin embargo, las puertas de la financiación no se han abierto para todas las compañías, toda vez que ante la volatilidad de la economía durante la mayor parte de la pandemia y el alto riesgo de impago, muchas entidades financieras han endurecido los requisitos de sus créditos, poniendo al tejido empresarial colombiano en la encrucijada de querer y no poder.
“Hoy, para acceder a financiación y liquidez, es necesario que las empresas cuenten con garantías sólidas. Por ejemplo, sus activos (bienes muebles e inmuebles, como oficinas, locales o bodegas, equipos, etc.) pueden ser esa garantía que necesitan para proyectar confianza a bancos, inversores o acreedores en general, y así obtener un crédito que le permitirá tener el capital de trabajo necesario para resurgir y seguir siendo competitivas”, afirma Natalia Morales Álvarez, abogada experta de ACCION FIDUCIARIA.
Cabe señalar que índices como el ‘Global Debt Monitor’ del Instituto de Finanzas Internacionales (IIF, por sus siglas en inglés) hablan de un alza en el endeudamiento de las empresas en Colombia. Precisamente, su último informe (publicado el 13 de mayo de 2021) indica que hoy la deuda del sector corporativo no financiero colombiano asciende a un 34,6% del PIB nacional; en el 2020, la cifra fue del 32,6%.
Garantías de financiación
De acuerdo con cifras provistas por la Superintendencia de Sociedades, 1.185 organizaciones entraron en procesos de reorganización o liquidación (921 y 264, respectivamente) de abril de 2020 a febrero de 2021; siendo Bogotá, Medellín y Cali las ciudades con más solicitudes de insolvencia.
Así las cosas, ¿cómo conseguir un “salvavidas” financiero hoy por hoy?
Sepa que las entidades fiduciarias, un sector de gran tradición en la administración de negocios en el país, ponen a disposición de las empresas un mecanismo que le permite usar sus bienes como garantía para los acreedores y que se traduce en menores costos para ambas partes: la Fiducia en Garantía.
En la Fiducia en Garantía, se estructura un contrato donde la empresa que busca financiación (llamada Fideicomitente) transfiere uno o más bienes (muebles o inmuebles) a un patrimonio autónomo. Estos activos serán destinados a respaldar y/o garantizar las obligaciones que el Fideicomitente adquiera, como lo es un crédito bancario.
“Una Fiducia en Garantía le permite al deudor acordar un plan de pagos con uno o varios acreedores usando un bien como respaldo, sin que necesariamente implique perderlo o tener que venderlo. Aquí, la empresa se compromete a cumplir una obligación; en caso de incumplimiento, el acreedor (un banco, fondo de inversión o persona jurídica) notifica a la fiduciaria y se hace efectiva la garantía”, precisa Natalia Morales Álvarez.
¿Cómo se estructura la Fiducia en Garantía?
Lo primero y más importante es que la empresa debe definir aquellos activos que puedan servir como respaldo ante obligaciones como un crédito bancario. Pueden ser bienes muebles como acciones, o equipos; o inmuebles como locales comerciales, oficinas, bodegas, etc.
De igual manera, es importante verificar que el valor de dichos activos sea suficiente para respaldar las obligaciones que buscan ser garantizadas. Así mismo, se debe verificar que los bienes no se encuentren inmersos en situaciones que impidan que, ante un posible incumplimiento, se pueda proceder con la ejecución de los mismos.
Una vez verificado lo anterior, dentro del contrato de fiducia mercantil se acuerda entre las partes el mecanismo que se implementará para la ejecución de la garantía, lo que permite que se convierta en un mecanismo flexible entre las partes involucradas en el negocio fiduciario.
Igualmente, esta figura resulta beneficiosa tanto para el deudor como para acreedor ya que, en caso de incumplimiento de alguna de las partes, no se requiere acudir a la Justicia Ordinaria para solicitar la ejecución de la garantía, como ocurre con las hipotecas, sino que su ejecución se realizará de conformidad con los términos acordados entre las partes.
La Fiducia en Garantía, en últimas, proyecta confianza a potenciales financiadores o inversores, quienes tienen la tranquilidad de entregar sus recursos a una compañía de manera respaldada y segura.