Nada pudo evitar el goce bolivarense. Nada pudo opacar la felicidad. La noche, muchas veces temida por su oscuridad y soledad, se llenó de luz y fue cálida. Se encargó de dibujar sonrisas en miles de rostros, que también fueron ilusión, deslumbramiento, alucinación, encanto. La danza se encargó de visibilizar todas las etnias del país.
Cada uno de sus departamentos. Evocó las grandes cualidades que hacen de esta Colombia un país único, mágico. Fue un viaje por la historia. En la que se recordó el espíritu libre que llevó a la nación a celebrar este año su bicentenario de independencia. Un recorrido lleno de emotividad, en el que también se registró el crecimiento del deporte nacional, por medio de los que hoy son declarados héroes y heroínas: los atletas, quienes con lucha, esfuerzo y compromiso, cualidades que demuestran día tras día, los hace vencedores de batallas al mejor estilo de los soldados que gestaron nuestra libertad.
El camino de la historia del deporte colombiano ha sido allanado por muchas glorias, que por décadas han inspirado a futuras generaciones, desde los legendarios Bernardo Caraballo, Helmuth Bellingrodt, Antonio Cervantes ‘Kid’ Pambelé, pasando por Carlos ‘El Pibe’ Valderrama, Juan Pablo Montoya o Édgar Rentería, entre muchos otros, forjaron las rutas que hoy por hoy recorren con ímpetu, optimismo y resiliencia nuestros deportistas.
Óscar Figueroa, Caterine Ibargüen, Fabiola Zuluaga, Miguel Ángel Rodríguez, María Angélica Bernal, María Camila Osorio, María Isabel Urrutia se encargaron de representar a toda una nación deportiva para recibir el pergamino del espíritu del bicentenario, uno que hace que todos celebren: la creación del Ministerio del Deporte. “Gracias a estos ídolos deportivos por compartir la alegría de Colombia por todo el mundo.
La gran transformación de una sociedad se consigue por medio del deporte”, resaltó el Ministro del Deporte, Ernesto Lucena. Un triunfo de una Colombia, que es Tierra de Atletas. Una evolución que se hizo realidad con el Gobierno de Iván Duque Márquez, quien les entregó la posta a los deportistas.
Ellos, siempre acostumbrados a asumir el RETO, lo recibieron con la responsabilidad que siempre los ha distinguido y esa que han cumplido con todo honor: dejar en alto el nombre del país. El Fuego Deportivo, que el jueves llegó a Cartagena tras un recorrido por siete ciudades y más de mil kilómetros, encendió el pebetero, que es el símbolo del arranque de unas justas que se convirtieron en sinónimo de resiliencia, empatía, trabajo en equipo y optimismo. Llegó la hora cero, el día D.
El momento en el que los focos se posan sobre la sede y sus subsedes, en las que el esfuerzo de la unión queda reflejado, como dijo Cecilia ‘La Chechi’ Baena: “Es el tiempo de Bolívar, el tiempo de Cartagena”. Terminó la expectativa. “Los juegos son símbolo de unidad de un país. El deporte nos une y hoy declaro inauguradas los Juegos Nacionales, Bolívar 2019”, resaltó el Presidente de la República Iván Duque Márquez. Es una realidad. Gana Bolívar, gana Colombia.
En Cartagena se les da la bienvenida a unas justas anheladas por muchos, en las que la magia se vuelve realidad y la inspiración se convierte en una razón de ser para todos los atletas, quienes asumen el RETO de seguir forjando rutas que sigan engrandeciendo el deporte nacional.