Él, como si nada, sonríe, se hace fotos con todo aquel que se lo pide, y atiende uno por uno a los periodistas que se agolpan por docenas en la zona mixta del Maracaná para hablar con el hombre del momento.
Pese a todo, no es James Rodríguez un jugador que disfrute siendo el centro de atención fuera de las canchas. Tímido en las distancias cortas, no se siente demasiado cómodo ante los micrófonos. Todo lo contrario que sobre el césped, donde ha vuelto a demostrar personalidad para tirar del equipo, y calidad para marcar los dos tantos del triunfo cafetero, el primero de ellos quizás el más espectacular de los vistos hasta ahora en Brasil 2014.
“Estos goles son los típicos que uno entrena siempre… y la verdad es que fue muy lindo conseguirlo”, comenta a FIFA.com, casi como queriendo quitarse importancia. Pero ahí estaban las cámaras para recoger el momento en el que James controló y se acomodó el balón con el pecho, giró sobre sí, y golpeó de volea desde fuera del área para mandar la pelota junto a la escuadra derecha de la portería de Fernando Muslera.
Colombia era uno de los equipos que más expectación había causado antes del Mundial, pero pocos esperaban semejante explosión de uno de sus jugadores, sobre todo teniendo en cuenta la baja de su goleador Radamel Falcao. Y no es sólo que James lleve, con 3 partidos menos, los mismos goles que los conseguidos en Sudáfrica 2010 por el alemán Thomas Mueller, Bota de Oro adidas del torneo. Es que su presencia en el mediocampo de Colombia marca diferencias, como pudo verse ante Uruguay o, anteriormente, ante Japón, el único partido en el que James no fue titular. El marcador registraba un 1-1 cuando él saltó a la cancha, pero terminó en goleada cafetera (1-4), con un tanto suyo incluido.
Una oportuna explosión
“Sí, es difícil conseguir algo así, pero yo pienso que cuando uno sueña, y sueña en serio, sueña de veras con lograr actuaciones como ésta, puede darse. Si se desea y se trabaja duro, las cosas salen”, afirma convencido.
El ‘10’ de Colombia ya había dado muestras de su calidad anteriormente, pero nunca se le había visto jugar a un nivel así. Su explosión no ha podido llegar en mejor momento, y James no duda en señalar al técnico José Pekerman como uno de los responsables de su evolución futbolística. “El profe me ha ayudado a mejorar en todo. Me habla mucho, y con él he conseguido progresar tanto en el aspecto táctico como en cuanto a mentalidad”, asegura.
Roto el techo de cristal de los octavos, una losa que Colombia llevaba a cuestas desde Italia 1990, cuando la generación liderada por el ‘Pibe’ Valderrama se quedó a un paso ante Camerún, James avisa que el equipo está preparado para grandes retos. “Éste es un grupo que tiene anhelos de llegar lejos, y tenemos fe en conseguirlo”.
¿Y qué mejor desafío que medirse a los anfitriones por un puesto en las semifinales? “Hemos hecho historia y queremos seguir haciéndola. Ahora se viene Brasil, y somos conscientes de que es un rival duro, con grandes jugadores, pero esperemos ganarles”. El próximo 4 de julio, en Fortaleza, la numerosa afición colombiana espera un nuevo recital de su inesperado protagonista.
Fifa
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