Graciela María Maestre Hinojosa, más conocida como ‘Gache’, en entrevista realizada hace seis años en el propio territorio donde nació ‘El Cacique de la Junta’, no se cansó de disparar palabras y más palabras que llegaban directo al objetivo. Además, tenía la cualidad de ir diagramando las distintas frases con sus manos a la par con su voz.
Comenzó diciendo. “Nunca he tenido pelos en la lengua para decir las verdades. Mi sobrino Diomedes Díaz Maestre fue y será por los siglos de los siglos el cantante más grande del Mapamundi. Todo lo hizo con sacrificio llegando lo más lejos en la música vallenata”.
Frenó de repente y salió al cuarto en busca de un viejo cuaderno donde después de pasear su mano derecha por varias hojas encontró la que era, y dijo. “Diomedes tuvo una carrera artística de 37 años donde impuso cientos de canciones y muchas de ellas de su autoría, más que los otros cantantes con el respeto que merecen. Esa es la verdad”.
Siguió mirando el cuaderno y levantando la vista anotó. “Aquí hay otro dato. Alcanzó ventas superiores a los 13 millones de copias de sus producciones musicales y obtuvo muchos premios, siendo el más importante el Premio Grammy Latino. El día que dieron la noticia de este galardón me alegré como si fuera el día de mi cumpleaños”.
No paró de hablar y entonces señaló. “Eso sí, nunca le faltó la cosecha de mujeres”, soltó una sonora carcajada y añadió. “Eso no es mentira porque él siempre giró en el círculo de las mujeres, y eso nunca ha sido pecado. Además le digo que su grandeza en la música vallenata no tiene comparación porque cantaba, componía y verseaba. Tenía mucho carisma”.
‘Gache’, desde siempre fue una defensora acérrima de la vida y las hazañas musicales de su sobrino, a quien vio crecer y poco a poco sobresalir hasta alcanzar la gloria.
En esa línea entro en el campo de las añoranzas. “Muchos sufren de engaño, pero mi sobrino se comió las verdes desde niño y en medio de las dificultades supo salir adelante a pesar de ser rechazado en las parrandas donde le decían ‘Chivato’. Él se regalaba y ni así lo dejaban cantar, y vea donde llegó a ser lo máximo porque tenía una inteligencia natural”, dijo muy convencida Graciela María Maestre.
Sus palabras iban y venían y de esta manera contaba todo sin dejar nada suelto. “Mi hermana Elvira y mi cuñado Rafa, supieron de dificultades, pero con trabajo y esfuerzo sacaron adelante a su familia. Siempre estuve cerca de ellos y más de mi sobrino Diomedes, quien fue muy detallista conmigo. Es más, cuando tuvo aquella larga enfermedad de un nombre raro (Guillain-Barré) lo atendí muchas veces”.
Dentro de ese entorno volvió a tocar el aspecto de los amores de ‘El Cacique de La Junta’. “Él fue el rey del amor. Supo hacer sus cosas y la fama lo ayudó. De todas maneras enamorarse y hacer hijos no es pecado”.
Estando en esas entregó la siguiente declaración. “A mi sobrino lo criticaban por todo, y más en el caso de las mujeres, pero vea si se acostó con alguna fue de común acuerdo porque nadie que no quiera barrer, busca la escoba”, expresó muy seria y moviendo sus brazos.
También habló sobre la telenovela dedicada en aquel entonces al artista guajiro. “En esa telenovela dijeron una cantidad de mentiras que yo no me las comí porque lo conocí bien. Dejé de verla porque me daba era rabia”. No se quedó callada y se preguntó: ¿Qué les costaba con decir la verdad?
Sacó pecho, elevó su voz y continuó: “Diomedes fue grande porque así lo quiso, y de eso da cuenta su fanaticada que no deja de amarlo. Pasaran los años y sus canciones se seguirán escuchando. Diga por favor, que de los acordeoneros que tuvo, todos buenos, me quedó con ‘Colacho’ Mendoza y Juancho Rois”.
A propósito de las canciones se le consultó sobre la que más le llamaba la atención. “Me la pone difícil. Eso es como montarse en un avión cuando está en el aire”. Puso su memoria a dar vueltas y contrariando lo anterior se preguntó en voz alta: ¿Cuál será, cuál será?
Mientras pensaba, en la casa campestre de dos pisos que Diomedes mandó a construir en el corregimiento de Carrizal, municipio de San Juan del Cesar, La Guajira, donde ella vivió por varios años, se escuchaban pájaros cantar y se sentía una tranquilidad única.
A cabo rato ‘Gache’ manifestó: “Ya sé, ya sé, ponga la canción ’26 de mayo’ donde se pinta mi sobrino de cuerpo entero”.
En aquel instante la nostalgia la atrapó y para sorpresa de los presentes comenzó a tararear: “El 26 del mes de mayo, nació un niñito en el año 57, y allá en La Junta fue bautizado, y hoy se conoce con el nombre de Diomedes”.
Por primera vez agachó su cabeza y sus carcajadas se fueron para otra parte. Era el encuentro del recuerdo en carne viva. Sobraban las preguntas porque ‘Gache’ lloraba por el sobrino que por paradojas de la vida le regaló miles de alegrías al folclor vallenato y a su fiel fanaticada.
El gran Martín Maestre
Cuando el sentimiento regresó a su lugar habitual vino un nuevo episodio para auscultar sobre la incidencia de Martín Maestre Hinojosa en la vida de Diomedes Díaz. “Mi hermano Martín, quien era acordeonero y compositor, hizo enamorar a mi sobrino de la música vallenata. Desde niño le notó cualidades, pero la vida no le alcanzó para alegrarse con esos triunfos. Me imagino a mi hermano feliz cuando despegó en firme la carrera musical de Diomedes”.
Por más de dos horas se tuvo al lado a esa extrovertida mujer, la dueña de la carcajada más sonora de la comarca y de una chispa única. La del testimonio fiel del ‘El Cacique de La Junta’, ese que hacía tareas de mentira para que su papá no le pegara, el cantor campesino que pulió su talento y bosquejó su propia vida en cantos de acordeón.
La tía ‘Gache’, como todos la llamaban, hace 20 días cuando contaba con 88 años se despidió de la vida, pero nunca se cansó de defender a su querido sobrino. De esta manera muchas veces se la pasaba recreando sus conceptos a los que les añadía palabras de grueso calibre que hacían persignar a más de uno, pero eso sí recalcaba aquel célebre verso. “Como Diomedes no hay otro, y ese nunca nacería, y si nace no se cría, y si se cría se vuelve loco”.