Además, hacen parte del grupo Vicky Osorio y Domingo Sánchez, encargados de las atmósferas musicales y de crear las canciones, y el director artístico, Manuel Sánchez. Todos ellos, y los dos maestros talleristas, vienen trabajando de domingo a domingo, de 8:30 de la mañana a las 8:30 de la noche, en este proyecto de creación.
“La región Caribe ha estado históricamente rezagada en cuanto a indicadores de calidad y cantidad de producción escénica en general. Si miramos el panorama del teatro de títeres en esta misma región, nos encontramos con un paisaje más desalentador aún, pues además de las limitadas políticas nacionales y locales, o su ausencia, se suman la falta de valoración y reconocimiento del gremio mismo de artistas del sector hacia estas formas teatrales, consideradas como arte menor”, señaló Sánchez.
Precisamente, esta beca de creación de la obra “Pinocho: carpintería de lo humano” se propuso como una experiencia creativa y formativa, que deje además de una pieza de teatro de títeres con excelentes estándares de producción, una capacidad instalada que permita proyectar las futuras creaciones de los grupos participantes en el taller.
“Mi experiencia en este proceso ha sido maravillosa, compartir al lado de grandes maestros es una oportunidad única ya que mi formación en el teatro de títeres es empírica, esta experiencia lo nutre grandemente, nos enseña hacer metódicos, ordenados, consientes de nuestros montajes, realmente es una experiencia fantástica, es una gran oportunidad para crecer como artistasֲ”, indicó el narrador oral y titiritero, Jaime de Ávila.
“Pinocho, La Carpintería de lo Humano, nos invita a los titiriteros del departamento del Atlántico a participar activamente en la creación de títeres, mecanismos escenográficos, análisis de textos, métodos para la creación de obras, construcción de sentido, formas de manipulación y puesta en escena, de una pieza de teatro de títeres.
Con lo cual tenemos la posibilidad de aprehender nuevos saberes y mejorar los conocimientos y experiencias previamente adquiridas”, aseguró el actor, titiritero y director del grupo Sapopelele, John Cardona. De acuerdo con María Lourdes, los talleres inician con calentamiento físico, emocional, actoral y de concentración. Luego la dinámica los lleva a lo que ellos llaman “la ruptura de paradigmas”, que los prepara para poder lograr saltos de un personaje a otro, de una técnica a otra.
Posteriormente, realizan ejercicios danza- teatro, “que es algo que tiene que ver con el sentido de grupo y de integración”. Además, hacen Taichí, lectura del texto en voz alta y reinterpretación del texto; en pleno, llegan a un consenso, se va a montaje y después van descartando y afinando detalles de cada escena montada. También dejan espacios para los trabajos en construcción, lo que es escenografía, títeres, vestuario etc. El rostro abotagado de Jorge Ricardo acusa las horas de trabajo.
Por ahora, en su cabeza está la culminación del taller y el estreno de la obra, la cual espera se vuelva viable, viajera exitosa. “No solamente que viaje por Colombia, sino también a México y a otros países. Por eso hemos cuidado mucho la producción, para que sea una obra que pueda ser trasladada. Esperamos que sea un éxito, en el sentido en que se pueda vender, mover bien y que tenga una larga vida, le apostamos a eso”.
El pre-estreno se realizará el 31 de octubre en la Sala Luneta 50, con tres funciones: a las 10:00 a.m., 3:00 y 7:00 p.m. El sábado 2 de noviembre, se volverá a presentar, a las 4:00 p.m., en la programación habitual de la sala Luneta 50, dirigida a público infantil.
¿Qué nos hace humanos? ¿Qué significa ser humano? Quizás el maestro Collodi a través de su obra, de sus personajes, del mismo Pinocho, vislumbró algo, quizás se acercó a la respuesta definitiva y rotunda, quizás los maestros mexicanos también enciendan algunas luces en el túnel y con su carpintería de las artes, nos acerquen un poco más a la compresión de este enigma.