La muerte de Martín Elías Maestre, tío de Diomedes, y quien lo encaminó por el mundo musical sucedió en Valledupar el miércoles primero de agosto de 1979, cuando venía en un carro procedente de su tierra natal La Junta, La Guajira.
Esa noche había estado parrandeando, pero en una escapada llegó hasta su casa a darle vueltas a su compañera Adriana Josefa Sarmiento y a sus tres hijos, a quienes les prometió regresar pronto con regalos, pero la muerte se le adelantó cuando contaba con 26 años.
El caso de Martín Elías Díaz Acosta, sucedió igual. Después de atender un compromiso musical en Coveñas, Sucre. Luego cuando iba en su camioneta camino a Santa Marta, tuvo un accidente que horas después le causó la muerte el viernes 14 de abril de 2017. Precisamente a la edad de 26 años.
Los dos Martín Elías estaban llenos de ilusiones, el primero tocando acordeón y componiendo canciones, y el segundo cantando y teniendo una exitosa carrera musical al lado del acordeonero Rolando Ochoa.
Para los dos, Diomedes Díaz Maestre era el hombre que los marcaba, y a quien querían sobre todas las cosas. Ellos, nunca se cansaron de exaltar su talento para cantar, componer y versear.
Martín Elías Maestre Hinojosa fue un maestro para su sobrino ‘El Cacique de La Junta’, a quien guió por el camino del folclor. En el otro capítulo, Martín Elías Díaz Acosta idolatraba a su papá y seguía sus pasos al pie de la letra. Era su prolongación musical.
En este caso se recuerda que antes de bajarse de la tarima en su última presentación le dedicó a su viejo querido un verso premonitorio:
A mi me duele papá
porque se fue de mi lado,
no me voy a preocupá
porque allá nos encontramos.
A los dos Martín Elías los marcó su amor por el vallenato, por su familia, por las cosas sencillas, pero de gran valor, cumpliendo el mismo ciclo de vida, 26 años, que es el número de la fecha de nacimiento de Diomedes Díaz, 26 de mayo de 1957.
El gran Martín Elías
Para Diomedes Díaz, el último de los hijos que tuvo con Patricia Acosta, a quien le había puesto el nombre de Martín Elías en homenaje especial a su tío querido, era inigualable. Incluso, cuando en 1990 grabó la canción ‘Llegó el verano’ de la autoría de Gustavo Gutiérrez Cabello, en una de sus animaciones lo nombró como ‘El gran Martín Elías’.
También en versos de la canción ‘Mi primera cana’ que compone el trabajo musical ‘Titulo de amor’ (1993) lo oficializó, y así se quedó para siempre.
Por ejemplo me diste una mujer
que ha sido como la madre mía,
de Luis Ángel, de Santo Rafael
de Diomedes y el gran Martín Elías.
Juntos, en el último álbum discográfico, ‘La vida del artista’, grabaron la canción ‘Ni amigos, ni novios’, De igual manera interpretaron ‘Ya viene amaneciendo’, en homenaje al folclor mexicano.
En el registro de la historia del Festival de la Leyenda Vallenata se anota el año 2004, cuando El gran Martín Elías Díaz se presentó cantándole al acordeonero Fernando Rangel Molina, alcanzando la corona de la categoría juvenil.
Fernando Rangel al recordar ese suceso festivalero expresó. “En el 2003 había ocupado el segundo puesto en acordeón juvenil, y quería tener un cantante bueno. Mi amigo, Fernando Fontalvo me lo recomendó y comenzamos a practicar desde noviembre y gracias a Dios alcanzamos el triunfo”.
En la competencia presentaron el paseo ‘Norfidia’ (Calixto Ochoa Campo), el merengue ‘La fama’ (Luis Enrique Martínez Argote), el son ‘Yo tuve un amor’ (Freddy Peralta Maestre) y la puya ‘Aquí estoy yo’ (José Dolores Bornacelli Polo).
“Ese día de la victoria Martín Elías estaba feliz, por muchas cosas, pero más porque quedó para la historia como ganador del primer Festival de la Leyenda Vallenata que se realizaba en el Parque de la Leyenda Vallenata Consuelo Araujonoguera”, narró Fernando Rangel.
El acordeonero que también alcanzó la corona profesional en el año 2012, contó que “fuimos grandes amigos y le agradecí siempre haberme acompañado para alcanzar la corona de Rey Juvenil. Me sigue doliendo su partida porque fue un grande y en corto tiempo se ganó un lugar destacado dentro del folclor vallenato”.
Orgulloso de llevar el nombre
Cuando a Martín Elías Díaz, se le indagaba por el origen de su nombre expresaba su satisfacción. “Por este tío es que llevo mi nombre, y es la vena artística de la familia. Él fue quien le inculcó a mi papá esto de la música, y de cantar. Faltó poco para que mi papá grabara con él. Mi papá nunca se olvidó de eso, es más quedó marcado para toda la vida”.
Recuerdo que un viernes santo
me regañó mi mamá,
porque yo me puse a cantar
uno de sus bonitos cantos.
…Y el gran Martín Elías partió de la vida, un viernes santo, el mismo día que una vez su abuela Elvira, regañó a su papá por estar cantando un vallenato de Poncho Zuleta.
El gran Martín Elías se fue dejando como en la canción del maestro Rafael Escalona, una honda herida, ríos de lágrimas y esos cantos que sus seguidores no se cansan de entonar. Al recordarlo, se siente un terremoto de dolor, unos latigazos de tristeza y se abre el corazón de par en par en medio de la más grande tristeza en el alma.