Ya presentada la reforma fiscal ante el Congreso, creo que es necesario buscar el mayor equilibrio posible en la afectación económica, por lo que se necesita revisar el más importante de los principios del tributo: la Equidad.
Así entonces, la misión de nosotros los congresistas se enfocará en lograr la mayor equidad entre lo que representa el gravamen (en especial el IVA) en los productos y servicios y sobre cuáles de ellos se aplicará, y el universo de personas capaces de soportar un impuesto tan directo como el de la renta.
Por ahora mi atención estará enfocada en temas como:
1. Bienes exentos, excluidos y bienes con 0 arancel, sobre productos nacionales o importados de destinación agraria que ya se anuncian en la reforma y que agravaría la condición de nuestros productores campesinos y empresarios.
2. Productos exentos, excluidos y con 0 arancel de la canasta familiar y la ampliación propuesta.
3. Ampliación de la base gravable del impuesto a la renta a empleados o independientes con salarios mensuales de $2'500.000.
4. Impuesto a las pensiones a partir de $4'800.000.
5. Retiro de las cuentas de Ahorro para el Fomento de la Construcción (AFC) aplicadas a créditos hipotecarios, o de personas dependientes del contribuyente que ya no serían excepciones para la retención en la fuente.
6. Impuesto al consumo en bares, restaurantes, tiendas populares, entre otros, porque es el sector que mayor pérdida ha tenido y el que mayor esfuerzo hace por sobrevivir.
7. La realidad de la aplicación del criterio universal de tributo de que el que más gana, más paga.
Siendo este el panorama, pienso que el Gobierno Nacional debería concentrar su atención en la búsqueda de mecanismos reales, los cuales hasta ahora no son suficientes ni efectivos, para combatir la evasión y la elusión en el recaudo de lo que existe, y que le deja al país huecos fiscales de más de $15 billones por año. A esto debemos sumarle el desangre por el despilfarro y la corrupción, que sólo en el sector público representa también varios billones de pesos. Y por último dentro de ellos, las exenciones a la renta y patrimonio a las grandes empresas que hoy no cumplen con los compromisos de generación de mano de obra ni de productividad.