La cifra adquirida por la empresa representa 30 veces más de lo permitido por la ley a un solo propietario en este tipo de unidades agrícolas, según determinó el informe "Divide y Comprarás. Una nueva forma de concentrar tierras baldías en Colombia", elaborado por Oxfam, Cargill, en el cual se detalla que la multinacional adquirió las tierras baldías a través de 36 sociedades; mientras que cientos de campesinos mantienen un paro nacional en el país, exigiendo, entre otras cosas, la titularidad de las tierras.
De acuerdo a la información aportada por la ONG, de las tierras que se identificaron que pertenecen a la multinacional unas 24 mil se encuentran en el municipio de La Primavera, 22 mil en Santa Rosalía y casi 6 mil en Cumaribo, todos ellos en el departamento del Vichada (este), fronterizo con Venezuela y con una activa presencia de grupos armados al margen de la ley y del narcotráfico.
Por esas 52 mil 576 hectáreas, Cargill y sus sociedades habrían pagado unos 73 mil millones de pesos colombianos (unos 38,5 millones de dólares).
Según informaron los autores del informe, Oxfam paró la investigación después de identificar 52 mil 576 hectáreas por la complejidad de conseguir la información, aunque se sospecha que la cifra total puede alcanzar las 90 mil hectáreas.
En el documento se recoge además que Cargill hizo estas adquisiciones por medio de su filial Black River Asset Management, uno de los mayores fondos de inversión a nivel global en el sector del agro.
"Estas 36 sociedades que fueron constituidas entre 2010 y 2012 comparten un mismo domicilio, un mismo miembro de junta directiva, la misma representación legal y una misma actividad económica: el cultivo de cereales, legumbres y semillas", explicó Stephanie Burgos, asesora política de Oxfam en Washington, en la presentación del informe en Bogotá.
Burgos afirmó además que Black River maneja grandes inversiones de otras entidades internacionales, como fondos de pensiones y universidades, con el objetivo de generar rendimientos para sus inversores basados en negocios agropecuarios.
"No hay duda de que Cargill es el dueño de todos los predios comprados", dijo Burgos, quien añadió que Oxfam considera que "la práctica de compras fraccionadas ha violado el espíritu de la ley, ese espíritu que busca la democratización de la propiedad de la tierra".
Las tierras baldías son unidades agrícolas que el Estado ha entregado en diferentes momentos de la historia a campesinos, con el objetivo de repartir la propiedad de la tierra, siendo la Ley 160 de 1994 la última estructura legal que las ampara.