para iniciar el segundo ciclo de las conversaciones de paz, que tienen como hoja de ruta el “Acuerdo de dialogo para la paz de Colombia”, firmado el 30 de marzo de 2016 y que contiene los puntos de la agenda.
Desde el 6 de abril, cuando cerramos el primer ciclo y le informamos al país los avances de la mesa, la delegación del gobierno ha escuchado ampliamente a diferentes estamentos de la sociedad colombiana que tienen interés sobre este proceso. Han sido semanas de trabajo escuchando especialmente a las regiones afectadas por la violencia atribuida al ELN, a organizaciones sociales, victimas, empresarios, alcaldes, académicos, jerarcas de la iglesia católica, líderes de opinión entre otros, y todos nos han hecho la misma recomendación: persistir y continuar con la convicción de que la salida política es el camino para lograr el fin del conflicto con el Ejército de Liberación Nacional.
Haciendo eco de estas voces, pero sobre todo por la convicción que asiste a esta delegación y al Presidente de la Republica de consolidar una paz estable y duradera, llegamos a este segundo ciclo con el ánimo y la decisión de lograr acuerdos concretos de desescalamiento y de protección de la población civil a la luz del Derecho Internacional Humanitario.
Colombia requiere que esta mesa de conversaciones arroje resultados concretos, y muestre un horizonte de futuro. Estamos convencidos de que la participación de la sociedad es fundamental para construir ese camino, y tal como lo indica la agenda, esperamos avanzar para llegar a los acuerdos que lo permitan.
La paz de Colombia es una sola, y consiste en ponerle fin al conflicto armado en todo el territorio nacional.
Gracias al gobierno de Ecuador que sigue como anfitrión de estos diálogos, así como a los países garantes que nos acompañan Noruega, Brasil, Cuba, Chile, y la República Bolivariana de Venezuela.