El Jefe del Estado suscribió el texto del Acuerdo Final en compañía del jefe de las Farc, Rodrigo Londoño Echeverri, conocido como ‘Timoleón Jiménez’, y del Secretario General de la Organización de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, en presencia de mandatarios, cancilleres, directores de organismos multilaterales y enviados de todo el mundo.
Concluyeron así casi cinco años de negociaciones de paz para poner fin a una confrontación armada de más de medio siglo.
“Lo que firmamos hoy –luego de años de negociaciones serias, discretas, difíciles– es algo más que el acuerdo entre un gobierno y una guerrilla para terminar un conflicto armado. Lo que firmamos hoy es una declaración del pueblo colombiano ante el mundo de que nos cansamos de la guerra, de que NO aceptamos la violencia como medio para defender las ideas; de que decimos –fuerte y claro–: ¡No más guerra”, enfatizó.
Advirtió que prefiere “un acuerdo imperfecto que salve vidas a una guerra perfecta que siga sembrando muerte y dolor en nuestro país... en nuestras familias”.
En su discurso, el Presidente de la República manifestó que nunca antes las estrofas escritas por Rafael Núñez en el Himno Nacional habían tenido tanto sentido como ahora.
“Hemos vivido, hemos sufrido, por 52 años, un conflicto armado entre hijos de una misma nación”, expresó.
“Pero voy más allá: han sido casi 70 años de violencia política, desde el magnicidio de Gaitán, desde cuando los colombianos nos enfrentábamos siguiendo una bandera roja o una bandera azul”, sostuvo.
“Hoy –al firmar el acuerdo de terminación del conflicto con las FARC– decimos esperanzados: Ha sido un surco de dolores, de víctimas, de muertes, pero hemos logrado levantarnos sobre él para decir: ¡el bien germina ya! ¡la paz germina ya!”, agregó.
Comentó que “hoy Colombia y la comunidad internacional –representada por sus más altos dignatarios– saludan el acuerdo de paz como la mejor noticia en medio de un mundo convulsionado por la guerra, los conflictos, la intolerancia y el terrorismo”.
El Presidente Santos destacó que la noticia se diera en Cartagena, donde San Pedro Claver trabajó por los derechos de los esclavos.
Y señaló que Cartagena, que fue conocida por resistir la guerra y el asedio, y se ganó el apelativo de Ciudad Heroica, a partir de ahora será recordada como el lugar donde se firmó el acuerdo de paz más importante en la historia reciente de Colombia, y será por eso –también– la Ciudad de la Paz.
Recordó a Gabriel García Márquez y dijo que es el gran ausente en este día y de quien dijo “que fue artífice en la sombra de muchos intentos y procesos de paz” pero no alcanzó a vivir este momento en su Cartagena, donde reposan sus cenizas.
“Pero debe estar feliz, viendo volar sus mariposas amarillas en la Colombia que él soñó, nuestra Colombia que alcanza –por fin–, como él dijo…“una segunda oportunidad sobre la tierra”, subrayó.
“¡NO MÁS LA GUERRA! que nos dejó cientos de miles de muertos, millones de víctimas y desplazados, y tantas heridas que tenemos que comenzar a sanar.
¡NO MÁS LA INTOLERANCIA! que nos exige doblegar o excluir al otro por el solo hecho de pensar diferente.
¡NO MÁS LA VIOLENCIA! que sembró atraso, pobreza y desigualdad en campos y ciudades, y que ha sido un freno al desarrollo de Colombia y al aprovechamiento de todo su potencial.
Este es el clamor de Colombia”, manifestó el Jefe del Estado colombiano y recalcó que “esta es la decisión de Colombia”, continuó.
Homenaje a los héroes de las FFAA, a las víctimas y a sus adversarios
El Presidente Santos tuvo palabras de gratitud para los miembros de las Fuerzas Armadas.
“Hoy quiero –en este contexto de apertura a la paz– hacer un homenaje sincero, desde el fondo del corazón, a todos los héroes de las Fuerzas Armadas de nuestro país, que han combatido con honor para defender la tranquilidad y seguridad de los colombianos”, expresó.
“¡Gracias soldados y policías de Colombia, porque su sacrificio, su valor, nos condujeron a este gran día!”.
También rindió homenaje “a las millones de víctimas inocentes; a los defensores de derechos humanos; a las comunidades indígenas, afrocolombianas y campesinas; a tantas mujeres y madres que –en medio de las lágrimas– abonaron el camino hacia la paz”.
Declaró que “las nuevas generaciones de Colombia destinarán sus energías a promover el desarrollo y la felicidad del país. Eso es lo que merecen, ¡y eso es lo que vamos a hacer posible a partir de hoy!”, indicó-
Y también hizo un reconocimiento a aquellos que fueron –por muchos años– mis mayores adversarios, y que hoy firman con el Gobierno este acuerdo de paz.
“Señor Rodrigo Londoño y miembros de las FARC: hoy, cuando emprenden su camino de regreso a la sociedad; cuando comienzan su tránsito a convertirse en un movimiento político, sin armas; siguiendo las reglas de justicia, verdad y reparación contenidas en el Acuerdo –como Jefe de Estado, de la patria que todos amamos– les doy la bienvenida a la democracia”, dijo el Presidente Juan Manuel Santos.
Subrayó que “cambiar las balas por los votos; las armas por las ideas, es la decisión más valiente y más inteligente que puede tomar cualquier grupo subversivo, y en buena hora ustedes entendieron el llamado de la historia”.
“El acuerdo que hoy firmamos es mucho más que un acuerdo para el silenciamiento de los fusiles –lo que, en sí mismo, ya es un enorme avance para nuestra nación–“, aseguró el Presidente.
Y dijo por último que este es el acuerdo que los colombianos –en menos de una semana– tendrán la oportunidad de refrendar en las urnas, para darle la máxima legitimidad posible”.
Sus últimos reconocimientos fueron para todo el equipo negociador del Gobierno, “a estos patriotas que entregaron años de sus vidas, trabajando sin descanso, para lograr esta victoria de la paz”.
Y para la comunidad internacional “que apoyó con tanta generosidad y persistencia este esfuerzo de paz que hoy se ve culminado con éxito”.
“La paz de Colombia es la paz de la región y de todo el continente. Al terminar este conflicto, termina el último y el más viejo conflicto armado del Hemisferio Occidental. ¡Por eso celebra la región y celebra el planeta! Porque hay una guerra menos en el mundo. ¡Y es la de Colombia! “Colombianos: ¡cesó la horrible noche!”, concluyó.
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