Frente a la renuncia presentada por la ministra y aceptada por el Presidente de la República, este explicó que “alguien cometió un error. Sabíamos de antemano que eso le iba a costar el ministerio”. Sin embargo, aclaró, que “no fue un error de ella, pero el funcionario que cometió ese error -que fue el no hacer el traslado del dinero que estaba listo- originó que no haya Juegos Panamericanos en Colombia”.
Señaló que, la burocracia que dirige ese tema en América Latina espera dinero, pues es una competencia que funciona en torno a este: “no es propiamente el mundo deportivo lo que se construye allí. Había que trasladar cerca de 50 millones de dólares e invertir cerca de 800 millones de dólares para que una burocracia del deporte, que gana mucho dinero, se pueda localizar en nuestras ciudades costeñas”, aseveró.
“Ellos se burlaron de nosotros, porque el acuerdo con la ministra saliente que hicieron fue que hasta el 30 de enero y ellos (Panam Sports, la Organización Deportiva Panamericana), por lo menos quince días antes de cumplirse esa fecha, suspendieron a Barranquilla como sede de los Juegos”.
“Nosotros no hemos hecho sino cumplir la Constitución”
Ante el cuestionamiento de que la Corte estaría siendo presionada para que lleve a cabo la elección sin tanta dilación, el Presidente aclaró: “Eso no se llama presión. Esa es la orden de la Constitución. La presión viene de la Constitución y en esa medida respetamos la Constitución de Colombia en los pasos que nos ordena”.
Agregó el mandatario que “la Constitución le otorga el derecho al presidente de presentar una terna. Ese es nuestro derecho constitucional y hay una obligación de la Corte de escoger dentro de esas personas”, También explicó que “el principio ético de la Constitución le dice al Presidente -cualquiera que sea- que las personas que ternan no deben estar vinculadas al crimen, porque si no, se acaba el país. Es la mejor forma de incendiar con violencia a Colombia, que los órganos que investigan estén en manos del crimen. Hemos presentado, por tanto, una terna de personas muy decentes, de mujeres con experiencia”.
“Si Clan del Golfo no es capaz de desmantelar sus grupos, serán destruidos por el Estado”
Frente a la situación de orden público que ayer cobró la vida de cuatro militares en Segovia, Antioquia, el mandatario aclaró que “el Clan del Golfo no está en ninguna negociación con el gobierno”.
Dentro de sus políticas de transformación de los territorios, aseveró que “prácticamente su actividad se ha centrado en las economías ilícitas que nosotros estamos golpeando”. Agregó que “en la medida en que destruyamos la economía del oro ilícito -protegiendo al pequeño minero, porque se creció una economía de la violencia a partir del oro- y golpeemos la economía de la cocaína como lo estamos haciendo, con decenas de toneladas incautadas en los últimos días, en esa misma medida estos grupos van a accionar contra el Gobierno y contra la población”.
Concluyó que esa respuesta tiene que ver con “el efecto de una eficacia en la lucha contra la economía ilícita por parte del Gobierno, y nosotros vamos a responder. Si no son capaces de desmantelar sus grupos como hemos solicitado, simplemente serán destruidos por el Estado”, aseguró.
“Una cosa es la derecha republicana y otra, quienes quieren destruir la Constitución del 91”
Ante la amenaza de lo que podría llegar a constituirse como un golpe blando en Colombia, el mandatario afirmó que se debe hacer una diferencia entre la derecha republicana y aquella que no acepta las reglas de la democracia: “Yo respeto a la población que se reivindica de derecha, es una parte importante del país. Pero una cosa es la derecha republicana que acepta su propia derrota -como nosotros hemos aceptado sus triunfos cuando los ha habido- y otra cosa es quienes quieren destruir la Constitución del 91”.
Afirmó que estos “quieren que el voto popular que hubo y que nos dio la victoria y nos llevó a la Presidencia, se elimine de la historia del país, a través de una ruptura institucional”.
“Ellos tienen sus voceros periodísticos, tienen sus medios, tienen una parte de la población indudablemente que los apoyan, pero no son la mayoría. La mayoría de Colombia hoy vota por la paz y vota por la justicia social”, concluyó.