“Esta es una enfermedad pulmonar muy común en nuestro medio y se debe a múltiples causas”, dice el doctor Edwin Ignacio Gómez, médico especialista de NUEVA EPS, y agrega que pueden distinguirse dos tipos de epoc: “la bronquitis crónica que implica una tos prolongada y el enfisema que ocasiona daños a los pulmones con el tiempo”.
Tabaquismo, exposición prolongada al humo de chimeneas, estufas o calderas industriales, contaminación del aire en espacios cerrados o infecciones respiratorias frecuentes en la infancia son algunas de las causas que se han identificado para la aparición de esta enfermedad que ocasiona falta de aire, la tos crónica y cansancio.
Para evitar que padezcas de epoc, desde NUEVA EPS te invitamos a que consultes con tu médico si consideras que presentas alguno de estos síntomas. Esta es una enfermedad prevenible que al detectarse a tiempo puede tener un control adecuado.
Pero a la par con la afectación a los pulmones, quienes padecen de epoc también pueden experimentar problemas cardíacos dada la relación que existe entre pulmones y corazón. También se han documentado casos en los que los pacientes experimentan una deficiente salud mental, manifestada en depresión, por las dificultades que tienen estos pacientes para respirar y no realizar actividades de manera normal.
“Puede generar también hipertensión pulmonar donde las arterias de los pulmones van a tener una vasodilatación importante que leva a esta enfermedad con múltiples consecuencias a otros órganos”, añade el doctor Edwin.
Los adultos mayores, los más afectados
Dejar de fumar, hacer ejercicio con regularidad y vacunarse contra la neumonía, la gripe y la COVID-19 son algunas de las recomendaciones que entrega la OMS para que la epoc no afecte la salud de una persona.
Por su parte, el doctor Edwin aconseja que “aquellos que estén expuestos a fumadores compulsivos deben alejarse de estas personas. Es importante tener en cuenta hábitos de vida saludable como una alimentación sana, ejercicio físico adecuado y evitar ambientes tóxicos”.
Dado que esta es una enfermedad crónica y progresiva, en los adultos mayores su tratamiento es más complicado por múltiples variables, entre ellas la prevalencia de otras enfermedades que reducen su capacidad funcional.
“Es una enfermedad donde el sufrimiento hace parte de la cotidianidad de un adulto mayor. Va marcada por una declinación lenta con periodos prolongados de incapacidad, con reducción de la tolerancia al ejercicio, con ingresos hospitalarios recurrentes y, finalmente, lleva a la muerte por insuficiencia respiratoria”, agrega el especialista.