Ella llegó hace dos años con su esposo buscando mejores oportunidades, un cambio doloroso por el cual vive el duelo de dejar su país, enfrenta la discriminación y las pocas oportunidades laborales. Oromaica hace parte de las 100 familias venezolanas, en condición de vulnerabilidad, que han encontrado apoyo en el proyecto Aventurémonos en familia, que con el apoyo del Programa de Alianzas para la Reconciliación (PAR) de USAID y ACDI/VOCA, se realiza en conjunto con la Universidad del Norte, a través del Programa Pisotón, con un proceso de acompañamiento en fortalecimiento familiar y la Escuela de Negocios, con la línea de emprendimiento.
"Yo soy una persona que sufre mucho estrés y hablando con la psicóloga he encontrado orientación, me han enseñado mucho sobre cómo educar a mis niños. He sentido ese apoyo, porque muchas veces uno se siente luchando solo", expresa Oromaica, quien comenzó el proceso de Aventurémonos en familia en el mes de febrero, de manera virtual por las limitaciones que impone la emergencia sanitaria que atraviesa Colombia.
Diana Sierra, directora Regional para el Caribe del Programa de Alianzas para la Reconciliación (PAR) de USAID y ACDI/VOCA, cuenta que Barranquilla es una de las ciudades colombianas que más recibe migrantes venezolanos, por lo cual es necesario impulsar procesos en apoyo a esta comunidad que presenta un alto grado de vulnerabilidad.
"El programa Alianzas no lo hacemos solos y nos encontramos en el camino alianzas bien importantes, como la que establecimos con la Uninorte, a través de Aventurémonos en familia que tiene dos grandes objetivos: la atención psicosocial a la población y el emprendimiento desde la neurodidáctica", describe Sierra.
En el proceso de apoyo psicosocial, la herramienta diferenciadora de Decido ser y la metodología de abordaje de Pisotón se han integrado para brindar un respaldo en este componente a las familias participantes. Así lo explica Shirley González, psicóloga de Pisotón y coordinadora técnica del componente de fortalecimiento familiar de Aventurémonos en familia.
"Nosotros, desde Pisotón, organizamos a las 100 familias en 3 subgrupos, cada uno con el acompañamiento de una psicóloga que realiza procesos de prevención de violencia intrafamiliar, reconocimiento de emociones, fortalecimiento del vínculo afectivo, entre otras temáticas relevantes, y con esto hacemos una apuesta por el desarrollo emocional y psicoafectivo de los niños, niñasy las familias", destaca González.
Apoyo al desarrollo de emprendimientos
La gran mayoría de los migrantes venezolanos realizan actividades económicas de supervivencia, como vender frutas, galletas, agua, entre otros oficios que les permiten tener ingresos diarios para vivir. Por esta razón, en la línea de emprendimiento, liderada por la Escuela de Negocios de Uninorte, por intermedio del Centro de Educación Continuada, se trabaja en la formación y el acompañamiento para que logren un proyecto de vida y un negocio, alcancen una independencia económica y logren una apropiación del país donde están viviendo.
"En el proceso ellos aprenden cómo hacer un proyecto de vida y cómo llevarlo a cabo en un país extranjero, cómo identificar un modelo de negocio y en ese punto empieza una metodología en la cual, paso a paso, ellos van armando y construyendo su emprendimiento", describe Zaira Moreno, docente de la Escuela de Negocios y coordinadora de la línea de emprendimiento de Aventurémonos en familia.
En el proceso de emprendimiento participan 50 familias, quienes adelantan su formación a través de cartillas diseñadas para aprender desde la neurodidáctica. Al final del proceso ellos recibirán un capital semilla para impulsar sus emprendimientos. Para Oromaica, este componente ha sido de gran utilidad para fortalecer el negocio familiar de venta de chicha venezolana.
"Yo tomo las clases y se las comparto a mi esposo. He aprendido cómo se atienden los clientes, el tema de los costos, primero tenemos que mejorar nosotros, organizarnos para poder tener más clientes y crecer", afirma.
Desde Aventurémonos en familia, Uninorte y el Programa de Alianzas para la Reconciliación (PAR) de USAID y ACDI/VOCA, proyectan la continuidad de este proyecto de impacto social a través de la formación de líderes que puedan replicar estos procesos en sus comunidades.
Por Katheryn Meléndez Solano.