“Una quemadura con pólvora deja cicatrices en el cuerpo y en la mente para toda la vida. Por eso debemos entre todos: familia, sociedad y los diferentes actores del Estado, aunar esfuerzos para que ningún niño resulte afectado por el uso o manipulación de pólvora. Esta no es inofensiva en ninguna de sus presentaciones”, manifestó Francia López López, Directora Regional (e).
Así mismo, la Directora General Karen Abudinen, ha reiterado su llamado a las madres comunitarias, a los líderes, a la fuerza pública, a los mandatarios locales, regionales y a toda la comunidad en general, “para que protejamos a la niñez y a la adolescencia. Es total responsabilidad de los adultos evitar que niños, niñas y adolescentes sufran lesiones, heridas, intoxicaciones, muertes y mutilaciones por el uso de la pólvora.”
En caso de presentarse una quemadura con pólvora, el ICBF está facultado para iniciar la verificación de derechos a los menores de edad afectados e iniciar un proceso administrativo de restablecimiento de derechos en caso de ser necesario.
Así mismo un Defensor de Familia o autoridad competente podrá interponer denuncia penal e informar a la Alcaldía donde haya ocurrido el hecho, para la imposición de sanciones civiles o pecuniarias en caso de ameritarlo. “Nuestro mayor deseo es que en este fin de año prendamos la fiesta pero sin pólvora. Que cambiemos cualquier tipo de estos artefactos por juguetes, abrazos y mucho tiempo de calidad en familia” puntualizó López López.
De acuerdo con el último reporte del Instituto Nacional de Salud para el periodo 01 de diciembre de 2016 a 14 de enero de 2017, en Barranquilla y el departamento del Atlántico, se presentaron 7 casos de niños, niñas y adolescentes lesionados con pólvora. La meta en 2018 es cero quemados.