El SIRAP Caribe, ha identificado más de 2 millones 500 mil hectáreas de ecosistemas estratégicos en estado crítico, que requieren de programas de conservación efectiva que permitan el abastecimiento y regulación del recurso hídrico, vital para las poblaciones, para evitar las sequías e inundaciones en el Caribe Colombiano.
El Atlántico, a través del Sistema Departamental de Áreas Protegidas –SIDAP, se ha convertido en modelo para la región, como uno de los departamentos más afectados que está generando soluciones naturales efectivas, que ha permitido articular y comprometer a los diferentes sectores económicos, entes territoriales y comunidades en acciones donde la conservación de ecosistemas es una prioridad.
El Director de la CRA, Alberto Escolar, resalta que la consolidación de un Sistema departamental de Áreas Protegidas permite procesos de conservación del recurso y se requiere que este asociado a la venta de servicios ambientales. “Para el departamento, la gestión ha tenido eco en los diferentes actores institucionales que ha convertido la conservación en una prioridad. Hay que resaltar el papel de los entes territoriales y de la gobernación del Atlántico que han involucrado en la política pública acciones tendientes a la preservación de ecosistemas prioritarios para el bienestar de las comunidades”.
La creación de Áreas Protegidas y recuperar los corredores biológicos son premisas claves que deben estar en las políticas públicas para de esta manera reducir la vulnerabilidad del territorio al cambio global.
Según Ricardo Baduin “La región está pasando por una crisis ambiental preocupante a la cual hay que hacerle frente a través de soluciones reales para responder a una gestión del riesgo acorde a las necesidades de la región. La restauración, conservación y establecimiento de corredores naturales es la Clave para generar mecanismos de mitigación y adaptación efectiva al Cambio climático a través de la recuperación de los ecosistemas conexos al recurso hídrico principalmente. Esta tarea no solo implica a las autoridades ambientales, se requiere de compromisos del Estado, Entes territoriales, sectores económicos que vayan más allá de la contingencia con inversiones y acciones que permitan restablecer la función ecológica de la región y de esta manera mantener los servicios naturales esenciales como el agua, para la vida y el bienestar de las poblaciones”.
El Cambio climático produce impactos en pueblos con menos capacidad natural de protegerse contra las inundaciones, sequía, el aumento del nivel mar, el incremento de enfermedades y la disminución de la producción agrícola y ganadera. Debido al estado crítico de los ecosistemas, el Caribe colombiano esta pasando por una de las crisis naturales más grandes de la historia, con efectos en la mayoría del territorio irreversible. Los sistemas naturales de protección y abastecimiento del recurso hídrico representados en los bosques, los humedales, la vegetación inundable, los manglares y los arrecifes de coral del Caribe superan metas del 80% de conservación, es decir que para mantener su función ecosistemica y puedan brindar los bienes y servicios ambientales, se requiere proteger y restablecer todo el ecosistema que existe en la región.
La situación en la región podría ser peor, por ello la inversión en áreas protegidas y corredores ecológicos es una prioridad que debe contemplarse en las negociaciones y planificación territorial al igual que el establecimiento de estrategias de protección y respuestas inmediatas y efectivas contra las amenazas más latentes como los incendios forestales, la minería ilegal, el pastoreo en humedales y trafico ilegal de especies, para de esta forma lograr recuperar los servicios ecosistémicos y generar territorios resilientes a los fenómenos de la Niña y el Niño que se han vuelto habituales y más fuertes en el Caribe colombiano.
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