En medio de un “calor infernal”, el pasado jueves, sesionó en El Carmen de Bolívar la “Mesa por la Vida”, un escenario con carácter deliberatorio y propositivo convocado por la Defensoría del Pueblo y la Procuraduría General en la que las víctimas, en su mayoría de los Montes de María, tuvieron la oportunidad de presentar a las autoridades el crudo diagnóstico de la situación de derechos humanos de la región y reclamar al gobierno medidas de prevención y protección para sus líderes y lideresas.
Muchas son las explicaciones que deben dar las autoridades sobre el manejo que se dio, a los dos casos más comentados por estos días en la crónica judicial de la ciudad de Barranquilla, el secuestro, ahora llamado feminicidio de la señora Brenda Pájaro y el secuestro del señor Fito Acosta.
Han pasado algunos años desde que el líder comunal Luis Barrios Machado solicitó por primera vez una cita en mi oficina, en esa oportunidad me entregó copia de las denuncias que venía realizando por las afectaciones que tenía la comunidad con un proyecto de construcción de viviendas de interés social en el municipio del Palmar de Varela, desde entonces se convirtió en frecuente visitante y proveedor de prolija información sobre hechos de corrupción en los que incurrieron distintas administraciones del municipio.