La Alcaldesa hizo un llamado a los barranquilleros para que se sumen a la Catedratón, y persistan en la oración para que Dios bendiga a nuestra ciudad y nuestro país.
La Catedratón llegó a sus 10 años y en esta oportunidad la meta es ilimitada. “Este año no quisimos poner una meta. Propusimos algo más simpático: meta la mano en el bolsillo y saque lo que su corazón le diga. La idea es no limitar, porque por ejemplo, si la meta fueran 800 millones y a las 12 la alcanzamos, la gente va decir: ya recogieron lo que necesitaban, para que voy a donar.
En cuanto más aumente, de esa manera podemos llegar a más personas. Por eso no hay que limitar la mente ni el corazón”, expresó monseñor Víctor Tamayo, Obispo Auxiliar de Barranquilla.
Hay que tener claro que la solidaridad no es solo meterse la mano en el bolsillo. La solidaridad también se refleja con la familia, con los amigos, con los vecinos y con los enfermos”, recalcó Víctor Tamayo.