Esas exportaciones tienen como destinos principales a China, Corea, Brasil y Grecia. Las exportaciones están generando cerca de 350 millones de dólares. Según el presidente ejecutivo de ANALDEX, Javier Díaz Molina, Colombia es uno de los países de Latinoamérica que mayor desarrollo tiene en la industria del reciclaje. Dijo, sin embargo, que “necesitamos que se tengan en cuenta ciertos protocolos en cuanto a la compra y venta, pues no queremos que se comercialicen materiales cuyo origen se desconoce o que son producto del robo”.
Tanto Díaz Molina como Juan Fernando Jaramillo, gerente de la empresa C.I. Recycables S.A., recalcaron que “no se puede estigmatizar a toda la industria de transformación de chatarra, sino que es necesario apostarle a la formalización de todas las firmas dedicadas a esa actividad”. En estos momentos, en el país hay 15 empresas formalizadas, localizadas con sus respectivas plantas (principales y sucursales) en Bogotá, Medellín, Bucaramanga, Cartagena, Barranquilla y Cali.
Sólo 24 toneladas robadas al año. El presidente ejecutivo de ANALDEX y el empresario Jaramillo señalaron que, de acuerdo con las denuncias hechas por las empresas de servicios públicos (de energía y telefonía), las cuales fueron informadas por la Policía, sólo fueron hurtadas 24 toneladas de cobre de los cables de esas empresas, siendo ese una número muchísimo menor, casi pírrico, comparado con las 50 mil toneladas que exportó el Gremio de Exportadores de Chatarra Formalizados en 2011, sin incluir aquí la compra y venta que se realiza en el mercado nacional.
Explicó Juan Fernando Jaramillo, que el cobre es extraído de los cables telefónicos y eléctricos, de las maquinarias utilizadas en las minas de carbón y de petróleo, de los computadores, electrodomésticos, de los motores de barcos y aviones, de los automóviles y de diverso tipo de aparatos eléctricos o electrónicos, entre ellos los equipos de telefonía móvil celular.
Para Javier Díaz Molina “es equivocado afirmar que no podemos ser exportadores de cobre, porque no somos grandes productores mineros. Esa exportación anual de 50 mil toneladas, demuestra que tenemos una de las industrias de reciclaje más vigorosas de la región”. El dirigente del gremio exportador anotó sin embargo, que la industria del reciclaje colombiana es más pequeña que la de países como México.
El gerente de C.I. Recycables S.A., Juan Fernando Jaramillo, señaló que su empresa y otras similares, también reciclan, a la par del cobre, aluminio, níquel, acero inoxidable, plásticos y otros materiales.
Ni el presidente ejecutivo de ANALDEX ni el gerente de C.I. Recycables, desconocieron la existencia del accionar de delincuentes que se dedican a hurtar los cables de las empresas de servicios públicos que contienen cobre, obedeciendo a su apremiante necesidad de obtener algún dinero para satisfacer su vicio, ya sea por la marihuana, el basuco u otro alucinógeno; o aquellos que hacen parte de una “bien aceitada” organización dedicada a este tipo de robos.
Por ello, el dirigente gremial Díaz Molina, afirmó que “resulta de gran trascendencia que un grupo de empresas transformadoras y exportadoras de desperdicios metálicos hayan emprendido en nuestro país un proceso de formalización de la actividad de reciclaje de metales no ferrosos, mediante la adopción de un protocolo de compras que garantice seguridad en la transacción de los materiales comercializados, evitando o minimizando la compra y venta de materiales sobre cuyo origen no exista total claridad. Sin embargo, esta tarea no puede descansar de manera exclusiva en el último eslabón de la cadena de comercialización. Se requiere, para asegurar el éxito, el compromiso de todos los actores de la cadena, incluyendo a las empresas de servicios públicos y a las empresas industriales que generan o adquieren este tipo de materiales, como el cobre o el aluminio, para que igualmente adopten el protocolo de compra de material y éste se constituya en un código de conducta, que permita presentar a la totalidad de la cadena, como un sector responsable y que le juega limpio a Colombia”.
Sin embargo, el presidente de ANALDEX admitió que las empresas de servicios públicos, de energía y telefonía –las que más se quejan por el robo de sus cables-, no han adoptado el protocolo propuesto por el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo, ANALDEX y las empresas transformadoras de chatarra formalizadas.
Cuando los periodistas le insistieron a Díaz, interrogándolo sobre la causa de la no adopción del protocolo por parte de las empresas de energía y telefonía, el respondió: “Eso habrá que preguntárselo a ellos”.
Protocolo de Formalización de la Actividad del Reciclaje. Mediante este documento, el Ministerio de Comercio y ANALDEX, buscan convocar a los diferentes agentes económicos que participan en la cadena de reciclaje de materiales no ferrosos, con el fin de asegurar las mejores prácticas en sus transacciones por medio de un Protocolo de Compra y Venta de los materiales mencionados. Ese proyecto fue presentado y consultado en sus diversos aspectos con varios agentes económicos, como la Asociación Nacional de Industriales (ANDI) y la Asociación Nacional de Empresas de Servicios Públicos Domiciliarios (ANDESCO).
Entre los aspectos que comprende el protocolo se encuentran las inspecciones permanentes que la DIAN, la Policía Aduanera, la Fiscalía y la Policía Nacional le hacen a los exportadores; la existencia de un Registro de Proveedores obligatorio, el cual debe tener su respectivo formulario, así como documentación adicional para el registro como afiliación a la Cámara de Comercio, RUT, fotos, declaración de actividades del proveedor y formato de entrada; así mismo, debe darse un proceso de proceso de recepción de mercancía, locales y registros; los pagos se deben hacer por medio del sistema financiero (por cheque o transferencia electrónica), no pueden hacerse en efectivo.
Además, en cuanto el protocolo se propone:
- Que el protocolo, aunque es de compra, también debería ser de venta para empresas nacionales.
- No se le debe vender a cualquiera.
En estos momentos no hay verificación de información, ni de infraestructura o validez de licencias y no se cumple con la normatividad ambiental por parte de los compradores.