Desde el año 2011 la empresa viene denunciando ante las autoridades locales y nacionales sobre el deterioro que el gasoducto presenta debido a la imposibilidad de realizar los trabajos de mantenimiento requeridos y así garantizar una operación segura y confiable, condiciones exigidas por la ley y la regulación vigente.
A pesar de ofrecer las medidas necesarias para superar esta problemática, Promigas ha sido víctima de perturbaciones de toda índole por parte de miembros de algunas comunidades Wayúu, asentadas en el recorrido del gasoducto, que no permiten hacer los referidos mantenimientos, sin que las autoridades hayan brindado el respaldo al que están obligadas por ley, no obstante haber sido requeridas en varias oportunidades por Promigas a través de los mecanismos normativos.
A la fecha, se han tomado todas las medidas preventivas para disminuir el riesgo de afectación a la población, tales como la reducción de la presión de operación al nivel más bajo posible, pero ello ya no es sostenible ante el evidente deterioro de la infraestructura de transporte.
Esta problemática, que ha originado algunas suspensiones puntuales del servicio en ocasiones anteriores, ha sido reportada a la Superintendencia de Servicios Públicos, al Ministerio de Minas, a la Comisión de Regulación de Energía y Gas, a la Gobernación de la Guajira, a la Alcaldía de Maicao y a Gases de la Guajira; entre otros, y que solo ante el anuncio de suspensión y luego de tantos años han comenzado a interesarse en posibles soluciones.
Promigas ha sido en todo momento diligente para preservar las condiciones de integridad del gasoducto a Maicao, tal como lo hace con el resto de sus activos en zonas donde le permiten acceso y las autoridades brindan las garantías que una empresa prestadora de un servicio público requiere ante actos perturbatorios. Sin embargo, en este caso de desprotección y de gran incertidumbre legal en el relacionamiento con las comunidades indígenas y, especialmente, ante los diagnósticos técnicos que señalan la imposibilidad de continuar con una operación segura y confiable, lo más razonable es adoptar una de las medidas que Promigas ha presentado para no afectar a la comunidad de Maicao y que se exponen a continuación:
1. El servicio a través de la modalidad de gasoducto virtual, el cual consiste en tomar el gas de una estación madre para comprimirlo e introducirlo en unos módulos diseñados especialmente para su almacenamiento y transporte por carretera. Posteriormente en las estaciones hijas, ubicadas en los municipios de destino, se descomprime el gas, hasta alcanzar la presión adecuada para consumo en los hogares, estaciones de gas vehicular y establecimientos comerciales.
2. Conexión al Gasoducto de Transporte de la empresa PDVSA, el cual por su ubicación ofrece una ruta más expedita hacia la comunidad de Maicao teniendo en cuenta su cercanía y poca longitud (3 km).
Atendiendo las múltiples solicitudes de las diferentes autoridades Promigas ha decidido aplazar la suspensión del servicio pero espera que se implemente rápida y eficazmente una solución pues el gasoducto no está en condiciones operativas y más temprano que tarde habrá que hacer efectiva la medida pospuesta. La población hoy se encuentra en situación de riesgo, lo cual es de pleno conocimiento de las autoridades quienes han insistido en la continuidad del servicio.
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