El Pentágono afirmó que el ataque ocurrió "bajo la dirección" del presidente de EE.UU., Donald Trump, y fue para "disuadir futuros planes de ataque iraníes".
El líder de la Revolución Islámica de Irán, el ayatola Ali Jamenei, prometió vengar la muerte de Qassem Soleimani y decretó tres días de duelo nacional en Irán.
El Ministerio saudita del Interior confirmó que los ataques con drones causaron incendios en dos instalaciones petroleras de la compañía Aramco.
Los países garante del proceso de Astaná acordaron un alto el fuego condicional para poner fin al bombardeo en la región de Idlib.
El presidente Trump aseguró que la fuerza naval de EE.UU. destruyó el artefacto por haberse acercado a poco más de 900 metros de distancia de uno de sus buques anfibios.
Tanto Donald Trump como Benjamin Netanyahu se mostraron a favor de los iraníes críticos. “¡ES HORA DE UN CAMBIO!", exclamó el jefe de Estado de la potencia norteamericana.
Los líderes de Estados Unidos (EE.UU.) e Israel se expresaron a favor de las protestas violentas que han sacudido recientemente a la República Islámica de Irán, donde han fallecido alrededor de 12 personas.